Para nuestra comadre Alejandra y toda su familia, vaya un solidario abrazo por el fallecimiento de su hermano Manuel Torrecillas DEP
La semana que empezamos será la primera etapa de una característica de la sociedad mexicana que ha tenido esbozos o chispazos, como ustedes le quieran llamar, de que se ha abierto una etapa de ruptura con la burocracia política y los gobiernos autócratas, para pasar a una tendencia y consolidación, como condición indispensable de una república democrática y más aún, de un régimen parlamentario.
El día de ayer concluyeron las precampañas internas para nombrar los candidatos presidenciales de las formaciones políticas de MORENA y el frente amplio por México (FAM).
Ambas, la de las “corcholatas” y la del frente, a partir de hoy se someterán a las decisiones de los ciudadanos y veremos entonces los rasgos que muestra cada una y en su conjunto.
El mecanismo de selección de MORENA será un bloque de encuestas que definirá quien será su candidato presidencial y por parte del frente, el procedimiento será una encuesta y una elección primaria que se votará el próximo domingo 3 de septiembre.
Ambos provienen de procesos distintos. La de MORENA surge de un lanzamiento desde la presidencia de los precandidatos hace 18 meses, apuntalado fundamentalmente por la militancia de MORENA y sus gobiernos, mientras que la del frente amplio por México, proviene de una insurrección ciudadana contra las políticas de López Obrador y la 4T, que tuvieron su apogeo en las marchas en defensa del INE y la suprema corte, que se convirtieron en movimientos sociales emergentes, que se han sostenido en un activismo social de diversos núcleos y demandas desde entonces.
Esta semana veremos actuando ambas expresiones tanto en la encuesta de MORENA como la del frente, así como la votación que se llevara a cabo el domingo 3 de septiembre organizada por ciudadanos del frente amplio por México.
Los resultados serán indicadores de la modernización de esa ciudadanía en esta etapa que abre una coyuntura histórica en mi opinión, por que es factible, si se rompe la hegemonía que ha impuesto AMLO en MORENA a favor de Claudia Sheinbaum, y si el frente amplio por México, logra una afluencia numerosa de ciudadanos a sus urnas el domingo 3.
A lo mejor el resultado de los hechos de esta semana ni logra romper la jettatura de López Obrador, ni la oposición alcanza un desborde social, pero sea cual sea el resultado, la disputa por la ciudadanización de la política ya esta abierta y continuara en la campaña electoral a todos los niveles del territorio nacional y simultáneamente.
Lo ideal sería que se lograran ambas cosas y ya podríamos afirmar que en la campaña electora ya veremos signos de ese cambio hacia la ciudadanización de la política.
Pero si MORENA se afirma en su definición del caudillo, sea cual sea el resultado del frente amplio, este mismo recibirá un impulso de esa decisión autoritaria, y si el frente logra un resultado exitoso, es decir que logre una votación del 50 por ciento de su padrón, veremos entonces que la balanza electoral empezara inclinarse a su favor.
Pero sea como sea, estaremos arrancando un proceso electoral que puede ser inédito, siempre y cuando la violencia política no se de. De no ser así, si tenemos una débil participación ciudadana y un proceso electoral violento, significara un retroceso mayúsculo y un fracaso para todos.