«Vi la muerte cerquita»: «El Rey» Zambada habla por primera vez desde que dejó la prisión

El 20 de octubre de 2008, Jesús Reynaldo «El Rey» Zambada vio a la muerte a los ojos cuando un operativo de las fuerzas federales arribó a su domicilio en la colonia Lindavista de la Ciudad de México, antes Distrito Federal.

Un vistazo a los integrantes de aquel despliegue fue suficiente para darse cuenta de que, entre los uniformados, había sicarios de Arturo Beltrán Leyva que iban con la orden de asesinarlo.

“Mi detención más bien era un intento de homicidio. Me iban a matar, ellos nunca llegaron a identificarse como policías ni a decirme ‘traemos una orden de aprehensión’, llegaron echando balas a diestra y siniestra. Lo que querían era matarme”, dijo Zambada García en una entrevista recientemente publicada por el programador de radio Pepe Garza en su canal de Youtube.

Los reportes oficiales señalan que los hombres del ‘Rey’ recibieron a los elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) con una lluvia de balas. Él, por otro lado, dijo que se dedicaron a resguardarse.

“Yo me di cuenta [de que el operativo era por órdenes de Beltrán Leyva] y actué fríamente, le dije a mi gente ‘Tranquilos, no tiren, yo sé lo que voy a hacer, cúbranse, cuídense, vamos a intentar salir bien de esto’”, fue la instrucción que le dio a sus pistoleros.

Ante esa situación, Zambada trató de aprovechar sus nexos con el gobierno para obtener protección. “Soy yo el que estoy aquí adentro, vengan por mí porque me van a matar”, fueron las palabras del ‘Rey’ durante su llamada con mandos de la policía capitalina.

Cuando le confirmaron que la corporación local acudiría en su auxilio, hizo lo posible por evadir a los agentes que ya habían rodeado el domicilio.

“Traté de cubrirme y me brinqué una barda junto con mis hijos, en la brincada se me dobló el pie y me lo lastimé, subimos un edificio, me escondí arriba del edificio hasta el tinaco, hasta allá me tiraban”, rememoró el exmiembro del Cártel de Sinaloa.

“Afortunadamente nunca le pegaron a nadie de una forma que mataran a alguien […] Se siente la muerte muy cerquita”, añadió sobre los hechos de aquel 20 de octubre.

‘El Rey’ se pensó a salvo cuando los policías del entonces DF llegaron por él. Según su testimonio, los miembros de dicha institución amagaron con rifles a los hombres de la AFI para impedir que fueran ellos quienes lo capturaran.

Ante tal situación, uno de los uniformados que participaba en el operativo federal fotografió al ‘Rey’ y le envió la imagen a Beltrán Leyva. El capo usó sus influencias para distribuir el retrato de Zambada como evidencia de su captura, lo que le impidió a la policía de la CDMX hacer alguna maniobra para liberarlo.

El hermano del ‘Mayo’ fue trasladado a la Agencia 50 del Ministerio Público en donde, pese a las circunstancias, le aseguraron que iban a coordinar su salida. “Lo vamos a ayudar patrón, al rato lo vamos a dejar ir, espérese tantito”, dijo un trabajador de la corporación.

No obstante, sus ilusiones se desvanecieron poco después. “En el momento llegaron un montón de militares y encapuchados y sometieron a todos los judiciales. Ahí se acabó ya la historia de la esperanza del arreglo”, narró ‘El Rey’.

De entre todas las opciones posibles, Zambada fue enviado al Penal del Altiplano en Almoloya, Estado de México, en donde había una fuerte influencia del Cártel de Sinaloa.

En sus propias palabras, su traslado a dicha cárcel también lo salvó de la muerte, pues si lo enviaban a algún reclusorio de la ciudad o a la prisión federal de Matamoros, Tamaulipas, posiblemente lo iban a asesinar.

(Con información de Infobae)

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