Se cometió un horrendo crimen con el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, crimen que ha sacudido a Sinaloa y los círculos políticos y culturales del país, precisamente por el significado de su sacrifico, por el lugar que había alcanzado en la sociedad y sus roles políticos que lo habían destacado como el líder político opositor mas rutilante y representativo de Sinaloa, por lo que perturba sobremanera, la forma en que han pretendido desprestigiar esa imagen, convertirlo en una figura negativa y lo peor encubrir su asesinato alentando la confusión para fortalecer la impunidad y que su muerte sea una estadística más sin responsables y mucho menos que rindan cuentas ante la justicia.
Después de la perdida de una vida humana de cualquier familia, arrebatada por manos criminales, lo único que queda es que se haga justicia, que se imponga la ley y llegue el castigo a los responsables.
Y no es, por que la vigencia del estado de derecho se convierta en brazo de la venganza, como si esto significara alguna reparación, se trata de que la aplicación de la ley sea el brazo de la justicia, por que es lo menos que se puede invocar, que la impunidad no adquiera carta de naturalización por que ello, es fuente de más violencia, de más crímenes hasta que se imponga la “ley del talión” y la sociedad se convierta en una selva.
No debe existir esa impunidad, por que el contexto y circunstancias del asesinato de Héctor Melesio Cuén, es en el marco de la persecución política a raíz de la pretendida violación de la autonomía universitaria de la UAS por el gobierno del Estado de Sinaloa, lo que se ha empatado con un conflicto en el mundo del crimen organizado y las disputas geoeconómicas entre México y Estados Unidos, que han construido un escenario enrarecido en que se cruzan múltiples intereses, donde se están construyendo las más inverosímiles versiones con especulaciones sin fin y que han generado un ambiente turbio en el que las bajas pasiones agarran vuelo.
Por el caso que se ha producido, la confusión propiciada y la diversidad de aviesos informes, el gobierno, como responsable y principal interesado de que esta situación no se enturbie más, es indispensable que actué decididamente en lo que está a su alcance, como es la investigación del crimen, las informaciones claras a la sociedad y detener algo que pervierte todo, la persecución política contra la UAS.
Hay muchos casos que el gobierno del estado no podrá resolver y que tienen que ver con el crimen organizado, que eso es competencia del gobierno federal, pero debe hacer lo que esta a su alcance y posibilidades como es aclarar el asesinato del ex rector, encontrar a los responsables y detener la persecución contra la UAS, ayudaría mucho a aliviar la tensión que vive Sinaloa.
Desatar campañas en contra de alguien que no se puede defender, que ya le hicieron el mayor daño que podían infligirle, desatando la morbosidad y atizando el odio y las bajas pasiones, son acciones inútiles que encona aún más las posiciones, particularmente del diferendo sobre la UAS.
Seguramente vendrán situaciones desconocidas a raíz de la detención de Ismael Zambada en Estados Unidos, situaciones que su algidez e impacto social dependerán de las controversias que asuma Estados Unidos con el gobierno federal y si existe en Sinaloa un clima de distensión política será obvio que no tendrán las condiciones para generar mayores impactos.