AMLO, ¿la despedida?

    "La visita a Sinaloa no son el colofón de un periplo político y que realiza “la gira del adiós”, él viene a reafirmar acuerdos".

    Cuando AMLO hace meses dijo que desde el primer día que dejara su mandato se refugiaría en su rancho “la chingada”, por allá en Palenque, Chiapas, tuve dudas; ahora al ver como se ha apoderado de MORENA, realizado amarres con todos sus gobernadores, controlando el Congreso de la Unión y haber copado el gabinete presidencial y la estructura de facto de la mayor parte del gobierno, ya me resulta muy obvio que continuará moviendo los hilos de la presidencia de la República construyendo un maximato con muchas posibilidades de por lo menos transitar este sexenio.

    Hasta ahora, Claudia Sheinbaum no ha demostrado el talante, ni las condiciones como para enfrentar a López Obrador, aunque su equipo sea más capaz que el de AMLO y ella con mas aptitud a mantener lo mas que se pueda de una república democrática antes de preferir una autocracia, pero lo que sí parece casi un hecho es el control total de López Obrador en su gobierno.

    La rutina que ha construido de interactuar con gobernadores, como es el caso de Rubén Rocha con sus giras permanentes, va a continuar y olvidemos que veremos enjaulado al animal político que es, en la selva lacandona.

    La visita de hoy a Sinaloa y mañana sábado a Nayarit, no son el colofón de un periplo político y que realiza “la gira del adiós”, él viene a reafirmar acuerdos, compromisos y sellar alianzas políticas.

    Mucho menos a inaugurar alguna obra pública, cuando sus últimas tres visitas por lo menos han sido meras simulaciones al inaugurar obras que ya habían inaugurado antes. AMLO no lo detiene nada en su desenfreno político y lo que se estima por varios, que hasta el fin de año habrá mucha tensión en el seno del gobierno federal, más bien parece que habrá sumisión de Sheinbaum y todo su equipo.

    El presidente López Obrador no construyó ningún proyecto de nación y lo hizo gobierno con su famosa 4T, AMLO construyo un aparato de estado de poder político como lo construyo el PRI en sus primeros 60 años, luego de que Plutarco Elías Calles lo construyo, tan parecidos uno al otro que casi es una copia sino los separaran casi cien años.

    El aparato de dominación de Plutarco Elías surgió de la revolución mexicana y primero creó dos aparatos políticos: el partido PNR, Partido Nacional Revolucionario y, al mismo tiempo, empoderó políticamente y concilió con los militares que ganaron la revolución, el brazo político y el brazo armado, quienes fueron sus pilares para construir el maximato después del asesinato de Álvaro Obregón en 1928.

    Hoy AMLO tiene el gobierno de la república, el ejército, el partido, el Congreso de la Unión y un movimiento que aún late a su favor sin que surja aún un Lázaro Cárdenas ni tampoco un movimiento social y ninguna fuerza política.

    La lógica del poder y el control político, no de ninguna democratización ni transformación, si no el simple apetito del caudillo, el tirano o el padre de la patria, según se considere o quizá como la santísima trinidad, las tres cosas al mismo tiempo.

    Por eso hablar de su visita a Sinaloa de cursilerías políticas de despedidas, de inauguraciones o de compromisos de apoyo, todos puros cuentos. Él viene a sellar su amistad y lealtad política con el gobernador Rubén Rocha y punto. Lo demás no cuenta.

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