Tal cual fuera una película futurista, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, planea construir una nueva ciudad, conocida como Neom, que incluirá autos voladores, una isla jurásica con dinosaurios robot, una luna artificial gigante, y arena que brilla en la oscuridad.
Según el reporte publicado ayer por el The Wall Street Journal, Mohammed recurrió a consultores estadounidenses para imaginar la urbe y cuenta con un presupuesto de 500 mil millones de dólares para hacer este sueño realidad.
El documento de 2 mil 300 páginas, señala que la ciudad abarcaría 10.000 millas cuadradas (26.000 kilómetros cuadrados) de costa vacía y desierto rocoso, que será contrarrestado con la creación de nubes artificiales para generar lluvia.
La ambiciosa iniciativa pretende atraer las «mentes más grandes del mundo y los mejores talentos».
En el lugar, según se planifica, habrá escuelas de primera clase, con maestros en hologramas y los trabajos mejor pagados del planeta, siguiendo los deseos del príncipe.
Sin embargo, el proyecto también contemplan la reubicación de tribus locales, la creación de clínicas de edición de genes humanos y la vigilancia permanente por parte del Gobierno.
En los documentos se habla de un sistema de seguridad de última generación, que utilizará drones, cámaras y tecnología de reconocimiento facial para rastrear a cada ciudadano constantemente.
Los informes citan la participación de tres de las compañías de consultoría más grandes del mundo: McKinsey & Co, Boston Consulting y Oliver Wyman.
La ciudad Neom es parte de un proyecto de Arabia Saudita para disminuir su dependencia del petróleo.