Sao Paulo, Brasil.- Por primera vez, una bebé sana nació de un útero trasplantado de una mujer muerta.
Se habían intentado en otras 10 ocasiones embarazos en un útero de una donante muerta, pero o no se lograron o acabaron en un aborto involuntario.
En el caso de donantes vivas, la tasa de éxito es mayor. Hasta 11 bebés han nacido en el mundo gracias a un útero trasplantado. En ocasiones la donante era la propia madre de la receptora.
Todo ocurrió en San Paulo, Brasil, entre el año 2016 y 2017.
La madre de la pequeña, que tiene 32 años, nació sin matriz y recibió el útero de una mujer de unos 40 años que había sido madre tres veces y que murió a causa de un derrame cerebral.
Tratamiento
La receptora sufría el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, que afecta a aproximadamente una de cada 4.500 mujeres en todo el mundo y que hace que ni la vagina, ni el útero, ni la matriz se formen correctamente.
Pero sus ovarios estaban en perfecto estado, así que los médicos pudieron extraer los óvulos y fecundarlos con el esperma del futuro padre. Después los congelaron.
A la hora de hacer el trasplante, la futura madre tuvo que tomar medicamentos que debilitaran su sistema inmunológico. De esta forma se trataba de evitar que su cuerpo rechazase el nuevo útero.
Un embarazo normal
Unos seis meses después del trasplante, la mujer empezó a tener la regla otra vez. Poco después, le insertaron los óvulos fecundados y se quedó embarazada.
El embarazo fue un éxito y discurrió con normalidad. Nueve meses después, el 15 de diciembre de 2015, nació mediante cesárea una niña de 2,5 kilos.
«Los primeros trasplantes de útero de donantes vivos fueron un hito médico y dieron la posibilidad de que mujeres infértiles pudieran tener un parto gracias a acceder a las donantes adecuadas y a las instalaciones médicas necesarias», aseguró el doctor Dani Ejzenberg, del Hospital das Clínicas, en Sao Paulo.
Hito médico
Pero él mismo reconoce que las donantes de útero vivo son escasas y que normalmente se trata de familiares o amigas cercanas a la receptora, por eso el éxito de un embarazo en un útero de una donante muerta es importante.
El doctor Srdjan Saso, del Imperial College de Londres, dijo que los resultados son esperanzadores.
«Permite hacer uso de una población potencial de donantes mucho más amplia, con costos más bajos y evita los riesgos quirúrgicos en las donantes vivas», le dijo a la BBC.