Madrid, España.- River Plate conquistó su cuarto título de la Copa Libertadores al vencer 3-1 a Boca Juniors en un partido que estuvo marcado por el espectáculo que se vivió en las gradas del Estadio Santiago Bernabéu y la historia que lo precedió. (Con el empate 2-2 en el partido de ida, el cómputo final fue de 5-3 a favor de River).
Con goles de Lucas Pratto, el colombiano Juan Fernando Quintero y Gonzalo «El Pity» Martínez, River le dio la vuelta al marcador y se recuperó al tanto inicial que Darío Benedetto logró para Boca sobre el final de la primera parte.
La prórroga y la celebración del equipo millonario fue el último giro de tal vez la historia más inverosímil, dramática e inesperada del fútbol sudamericano; la de la llamada final de todas las finales entre los dos archirrivales del fútbol argentino que se extendió durante casi un mes y se definió a 10.000 kilómetros de Buenos Aires.
El partido
La tensión de los jugadores se podía respirar a kilómetros de distancia y eso se vio reflejado en lo que sucedió en la cancha.
Boca fue más en la primera parte y se adelantó justamente con un gran gol de Darío Benedetto en el minuto 43 al aprovechar el perfecto pase en profundidad del uruguayo Nahitan Pérez para definir lejos del alcance de Franco Armani.
Pero River logró reaccionar tras el descanso, apostó por su mejor fútbol y tras una exquisita combinación con Ezequiel Palacios, Ignacio Fernández sacó el centro que mandó al fondo de las redes Lucas Pratto en el minuto 67.
Con el 1-1 se llegó a la prórroga que nada más comenzar vio cómo salía expulsado por doble amarilla el colombiano Wilmar Barrios en Boca.
Eso terminó de darle la iniciativa a River que se fue a buscar la victoria y la encontró con un golazo de Quintero en el minuto 109.
La entrada de Carlos Tévez le dio un nuevo ímpetu a Boca, cuyos jugadores agotados en lo físico pero empujados con el corazón buscaron el empate que estuvo cerca de llegar con un tiro al poste de Leonardo Jara.
Un esfuerzo que recibió un duro castigo en el último suspiro con la sentencia de Pity Martínez para ponerle cifras definitivas a una final que nunca se olvidará.