En el día de los derechos humanos, se tiene que expresar

    Leonel Aguirre foto destacada FB

    Que en el septuagésimo primer aniversario de la declaración universal de los derechos humanos nos debemos sentir orgullosos por la existencia de un documento de carácter universal cuyo contenido, valor y autoridad moral lleva tras de sí momentos de drama, dolor, libertad, y sacrificio de vidas humanas que significó la segunda guerra mundial.

    Pero a la vez debemos sentir tristeza, porque desafortunadamente, aquí entre nosotros hay angustia, desesperanza, sed de justicia y un hartazgo ante la corrupción, impunidad y pasividad de la autoridad ante nuestros desaparecidos, nuestras víctimas de feminicidios y homicidios, nuestros desplazados.

    Han sido muy lentos los avances en la construcción de un estado de derecho con respeto absoluto de los derechos humanos. Pudiéramos señalar que ha mejorado un poco el clima de bienestar en personas adultas, jóvenes, estudiantes y por supuesto el mini aumento al salario mínimo.

    Los últimos acontecimientos violentos sucedidos, particularmente en Culiacán, Sinaloa, el día jueves 17 de octubre, ha expuesto ante los ojos del mundo que el éxito contra la inseguridad pública y la lucha contra el crimen organizado no ha dado resultados a corto plazo, al menos en ese caso en particular se demostró la falta de capacidad descoordinación y disminuida fortaleza de un Estado que se vio acorralado. Imaginemos entonces cuál sería el sentir de la población ante la magnitud del problema. Sí la entidad soberana dentro de nuestra nación se vio superada ¿Qué podemos esperar de otras entidades públicas de menor rango, llámense entidades federativas o policías locales?.

    Discursos de mejorías los escuchamos en todos lados, pero, las ejecuciones extrajudiciales por parte de elementos del ejército y otras policías han sido algo común. Está de moda el verbo abatir, como si éste no fuera sinónimo de exterminar o eliminar, la cifra de homicidios no baja, la de feminicidio va en aumento, la drogadicción sin control alguno, la de desaparecidos es un enigma, pues ninguna autoridad conoce la cifra exacta.

    Un eje que si ha avanzado y logrado espacios es el movimiento de nuestras féminas. Han conquistado espacios políticos. Han sabido exponer públicamente las injusticias de las que han sido víctimas. Ahí está Dignora y está la denuncia pública por violencia política de la síndica procuradora de Ahome y en contra del presidente del mismo municipio que terminó en una sentencia de inusual alcance y con un precedente histórico.

    Desconocemos aún cuáles son las estrategias del estado, las políticas públicas que por obligación legal y ética el estado debe de echar a andar para garantizar finalmente el sueño de tres ilustres sinaloenses, Jesús Michel Jacobo, Jorge Aguirre Meza y Norma Corona Sapien, esto es una sociedad con democracia, con justicia, con libertades plenas e igualdad para todos, una sociedad sin pobreza, sin corrupción y sobre todo con paz y armonía.

    Que el dolor que hoy nos une sirva de elemento cohesionador para que hoy más que nunca demostremos unidad y hagamos un solo frente que sirva de contrapeso ante la pasividad y opacidad de la autoridad ante problemas tan graves como la inseguridad, la corrupción y otros temas.

    Podrán decir que sólo somos unos soñadores, pero no somos los únicos y aún esperamos el día que se unan a nosotros.

    ¡Vivan los derechos humanos!

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