Culiacán, Sinaloa.- Francisco Montes fue un caso crítico de Covid-19. Estuvo intubado por casi 20 días con la ayuda de un ventilador.
Permaneció en un hospital, aislado de su familia. Sin embargo, gracias a una atención a tiempo y que su organismo logró defenderse del virus SARS-CoV-2, pudo sobrevivir. Un procedimiento al que no todos viven para contarlo.
Todo empezó cuando acudió el pasado 3 de abril a los servicios de Urgencias del ISSSTE, en Culiacán, luego de presentar por varios días problemas para respirar, y signos de temperatura alta.
Cuando fue revisado, inmediatamente la indicación fue hospitalizarlo sin saber qué es lo que le pasaba.
Durante una entrevista en vivo para ReflectoresMX desde su hogar, el también sobreviviente narró que tras hacerse el estudio, supo que era positivo a coronavirus.
Al segundo día de estar hospitalizado recayó en estado grave, siendo intubado con un ventilador colocado hasta sus pulmones. Fue entonces cuando cayó en un estado profundo de sueño del que ya no supo más.
Los médicos lo mantuvieron en la zona llamada “covinario” del ISSSTE, donde era supervisado las 24 horas junto a otros pacientes.
“Fue un logro haber sobrevivido a un procedimiento”, dice ahora, mientras hace un esfuerzo para hablar y se recupera en su casa desde el 23 de abril.
Suplica no salir.
El paciente que hoy sana en casa con ayuda de su familia y supervisión de médicos, está consciente que el problema de él y muchas personas, es haberse sentido “invencible” y que nunca se contagiaría.
Sin embargo, para Francisco, que a sus 39 años ha superado una prueba de vida, reitera que el salir a casa el 10 de Mayo a comprar un regalo o comida para las madres, es una actitud egoísta e irresponsable, pues las personas no sólo ponen en riesgo su vida, sino la de su familia.
Estar “presente” este 10 de mayo con las mamás, se puede resolver con una llamada, una videollamada, afirma. “Ya habrá mucho tiempo y salud cuando pase todo esto para vernos físicamente, de momento debemos cuidarnos”, suplica.
Mientras se recupera de esta prueba de vida, el también empleado está eternamente agradecido con el personal médico que lo atendió, su familia y con la vida.
Afirma que la mejor manera de protegerse es estar aislados, aunque la situación económica se complique. La vida es primero.
“De esta forma supe que tenía una segunda oportunidad de vivir para apoyarnos, para convivir, para estar juntos (con mi familia)”, concluyó al dar gracias Dios.
