La tormenta en medio de la crisis económica

    Foto destacada López Duarte

    Si estamos pensando que lo peor de las “crisis gemelas”, como las bautiza el secretario de hacienda Arturo Herrera en su exposición de la situación económica del país a los diputados de MORENA, ya pasó y que se ha iniciado la recuperación del país y que sólo basta que se reactive la economía y que poco a poco iremos saliendo de estas “crisis gemelas”, estaremos cometiendo un grave error.

    El diagnóstico que presenta el secretario de Hacienda es de una catástrofe económica y que las palancas económicas del gobierno, los empresarios y los trabajadores, están en condiciones desastrosas.

    El diagnóstico económico es que la crisis que vivimos será peor a la de 1932, 1994 y 2009, simplemente porque el Producto Interno Bruto (PIB), disminuirá entre el 8.8% y el 12.8%, que equivale a perder entre 160 mil y 180 mil millones de dólares de la producción anual de todo el país, que equivale casi todo el crecimiento económico del sexenio pasado (14% del PIB).

    Y lo peor es que la crisis económica que ya venía del 2019, en el primer año de AMLO, cuyo crecimiento fue de cero por ciento del PIB y había perdido más de 400 mil empleos formales, lo que acumulamos en los primeros 7 meses del 2020 es de espanto: 1.5 millones de empleos formales (lo registrado en el IMSS) perdidos, 12.5 millones de empleos informales, la disminución del salario en un 25% como lo pronostica la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) la pobreza se eleva a 60 millones de mexicanos y la extrema a 20 millones.

    Por eso lo que anuncia el secretario Arturo Herrera augura un escenario mucho peor, cuando afirma: Que se acabarán los fondos de auxilio, “los guardaditos” que había dejado el gobierno de Peña Nieto, como los fondos de estabilización de los ingresos presupuestales (FEIR), el fondo de estabilización de las entidades federativas (FEIEF) y de algunos fideicomisos.

    No habrá para 2021 “guardaditos como el fondo de estabilización de ingresos que dejó Peña Nieto con 330 mil millones de pesos y que en mayo ya solo quedaban 30 mil millones, como tampoco las mismas garantías en la estabilidad del precio petrolero (cobertura petrolera) que disminuirá 22%, como también disminuirá severamente la captación fiscal que reducirá el ingreso y el gasto de todos los niveles de gobierno en el país.

    Pero si eso fuera poco, el panorama se ve mucho peor cuando del COVID-19 hay que tratar. El mismo secretario de Hacienda afirmó que la vacuna, si bien va, estará para junio – julo del 2021, lo que significa – señala – que deberemos seguir lidiando con la pandemia y todas sus consecuencias, afirmando que no podrá se total la reapertura económica hasta entonces y la normalidad no existirá ni siquiera entonces.

    El 8 de septiembre entregará el secretario de Hacienda a la cámara de diputados federal el paquete de política económica y la propuesta de ingresos y egresos fiscales para el país, de que ya apunta que los pilares del mismo serán dos ejes primordiales: Los programas sociales del presidente y la obra insignia del mismo.

    Es decir, que será en buena medida la misma, como si el diagnóstico económico del país fuera lo mismo que vieron cuando terminó el 2018, como también el que las políticas públicas de la 4T hayan sido eficientes, rentables, productivas y oportunas.

    De un borrón, el mismo secretario tira de la mesa de diagnóstico que hace y recoge el viejo libreto de la 4T que ha resultado un fracaso, errado y políticamente imprudente.

    Si ya han muerto 250 mil micro y pequeñas empresas en el país y otras 250 mil van en esa ruta, el empleo apenas inicia su recuperación que será sumamente lenta, por lo menos de aquí a 2022, si los salarios y estímulos laborales se han reducido ¿Por qué no proponer un programa de rescate nacional de la economía, el empleo y el salario? ¿Les preocupa que vaya a subir la deuda externa? Pues sí, ya subió por la caída económica y seguirá subiendo en los próximos años aunque no contrate deuda pública ¿Por qué no contratar deuda?

    Todos, absolutamente todos los países en el mundo lo han hecho, los ricos y los pobres, al extremo que los bancos centrales han puesto montos en tasa cero. Liquidez financiera hay mucha en el mundo y condiciones favorables también y si ocupamos con urgencia cabe preguntarse ¿Por qué diablos no?

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