Morena, en el atolladero de las candidaturas

    Foto: Archivo.

    Desde que el INE puso sus servicios para contribuir en el litigio político en el que MORENA se había metido, después de que AMLO fue candidato y no nombraron su sustituto, convirtiéndose el interinato de Yeidckol Polevnsky en un conflicto sobre el que nunca lograron ponerse de acuerdo, han batallado ciertamente, pero no les explotó la bomba de tiempo que parecía los haría pedazos.

    La elección de la dirigencia de MORENA, gracias al INE, hoy es un éxito que le proporciona, al partido del presidente de la República, oxígeno y tiempo para resolver todas las complicaciones que representa institucionalizar su legalidad interna, primero, y luego organizar la contienda electoral del 2021 a todos los niveles con sus respectivos candidatos.

    Si el nombramiento de la dirigencia era una bomba, estos dos procesos que le faltan son iguales y requerirán de mucho talento político para tener la menor cantidad de conflictos y no se convierta el partido en una marabunta porque entonces ni el INE los podrá salvar.

    Quién sabe qué tanto tengan avanzado el nombramiento de dirigentes estatales y municipales, que por cierto se suspendió ese proceso el año pasado a raíz de los pleitos que llegaron hasta los balazos en algunas localidades, pero este es un tema que les urge resolver porque en 28 entidades habrá elecciones locales y requerirán estar registrados en los órganos electorales los dirigentes de MORENA que se nombren.

    Y el segundo gran conflicto es el nombramiento de los candidatos en todo el país, siendo 500 candidatos a diputados federales, 15 candidatos a gobernador, mil novecientos presidente municipales y sus respectivos cabildos y 30 congresos locales con una cantidad aproximada de 5 mil candidatos para esos puestos, por lo que hablamos de aproximadamente treinta mil candidatos porque serán diez partidos en la competencia.

    Se trata de la movilización electoral más grande en la historia del país y, conociendo los conflictos de interés que suscitan, es de esperar cruentas batallas donde los escándalos serán lo de menos.

    Está visto que MORENA desde su origen nació con la reyerta bajo el brazo, y todo apunta que ese será su signo distintivo, que a lo sumo lograrán mitigar dependiendo como procedan.

    De acuerdo a la experiencia, se pueden resolver muchos problemas si las candidaturas principales se nombran de manera centralizada y, si se puede, desde la presidencia de la República, es decir, los 15 candidatos a gobernador, los 300 distritos federales y las principales ciudades que elegirán presidente municipal, obviamente soportando las decisiones con estudios demoscópicos razonables que le den claridad a los contendientes.

    De otra manera será muy difícil conciliar, por no decir imposible y muy probable es que aquí sí explote el partido, lo que no ocurrió con la elección de dirigentes nacionales.

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