¿El nuevo centralismo autoritario?

    El pacto federal no corre ningún riesgo, pero lo que sí está en juego es la Ley de Coordinación Fiscal, que representa el yugo financiero del gobierno federal contra los ingresos fiscales de los estados y municipios, ley que definitivamente debe cambiar y recuperar el espíritu del constituyente de 1917.

    Los constituyentes de 1917, cuando discutieron sobre el sistema fiscal y partieron de un principio: El municipio es la célula base de la República. A partir de allí fueron los municipios y los estados los recaudadores de los impuestos en el país, pero debido a la debilidad operativa y de coacción, que en estos casos se requería, fue el gobierno central, el gobierno de la República, quien fue al final quien terminó recaudando prácticamente todo.

    Por eso lo que discuten los gobernadores de la “Alianza Federalista”, es que la enorme concentración y centralización fiscal que ha asumido el gobierno de la república se redistribuyan y se modifique la ecuación de que 80 centavos de cada peso que se recauda va a las arcas del presidente y 20 centavos se reparten entre estados y municipios.

    Los impuestos son producto del trabajo, la producción y el comercio que realiza la sociedad en diversas regiones del país, y entre más grande sea su economía más impuestos acumulan, el gobierno federal no produce impuestos, los cobra y se lleva “la parte del león”.

    Por ejemplo, aquí en Sinaloa el PIB estatal es de 400 mil millones de pesos, del que se calcula un monto de impuestos federales alrededor de 120 mil millones de pesos, de los cuales tan solo regresan cerca de los 25 mil millones en participaciones a los municipios y el estado, por lo que cabe preguntarse: ¿Es justo?… Evidentemente no.

    Pues de eso se trata la lucha de los gobernadores de la “Alianza Federalista”, pero ahora con un ingrediente que empeora todas las cosas: Los recortes presupuestales ¿Y sabe usted a quién? A todos los gobiernos estatales, municipales, órganos autónomos y órganos descentralizados y desconcentrados.

    Como la Ley del trabajo, que establece que nunca el salario dejará de subir y que por lo menos subirá el costo de la inflación, así los presupuestos tienden a crece precisamente en un mínimo, pero reducirlos hasta en un 10% en todos los estados y municipios del país ya es para alarmar a todos.

    La lucha federalista y por mayor presupuesto para estados y municipios no es una lucha exclusiva de los 10 gobernadores de la alianza, es de todos los gobernadores y presidentes municipales del país.

    Por eso comete otro grave error el presidente López Obrador de desdeñar, y hasta retar y burlarse de los gobernadores, porque este movimiento puede levantar a un león dormido.

    El desprecio al centralismo y al autoritarismo presidencialista, así como la corrupción que los ha caracterizado, existe en todos los estados del país, y así como AMLO ganó la presidencia de la República por ese repudio, no se debe olvidar que además de la corrupción de los gobiernos, hay otra deuda con el pueblo mexicano, el centralismo autoritario que en lugar de una república democrática tengamos una monarquía republicano.

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