Para tanto capital político que tiene el PRI en Sinaloa, sorprende que tan solo Sergio Torres, Mario Zamora y ahora Jorge Abel López Sánchez pretendan ponerle “el cascabel al gato” al nombramiento de candidatos de su partido, porque lo de Jesús Valdés es un esfuerzo obligado dado que es su presidente estatal.
Es cierto que gobierna Quirino Ordaz Coppel, se dice priista “de pura cepa”, aunque llegó por el Partido Verde a diputado federal y luego se metió por la puerta de atrás y sin siquiera registrarse a la sucesión gubernamental por el PRI el 2016, por lo que no se explica la pasividad del histórico partido hegemónico en Sinaloa con tantas figuras políticas en sus filas.
También cuenta el durísimo golpe que a todos los partidos asestaron AMLO y MORENA el 2018, pero ese aturdimiento ya tuvo su tiempo de sedimentación emocional y política, que resulta inexplicable esta pasividad del PRI.
Además es cierto que ahora no encabeza las preferencias electorales y sus precandidatos más relevantes, Sergio Torres, Mario Zamora y Jesús Valdés, todavía les falta para meterse de lleno a la pelea, lo que necesita carburación e impulsos como ahora el que encabeza Jorge Abel López Sánchez y el ex líder de la CNC Germán Escobar.
Obviamente que han influido muchísimo las conductas ambivalentes e indescifrables de los grupos de poder económico sinaloense, como del mismo gobernador Quirino Ordaz, que un día parece pactar con el presidente López Obrador y otro día coquetea con el PRI.
Y algo que sí está resultando inquietante para el ambiente político es la posibilidad de una alianza opositora a MORENA y AMLO, como también el crecimiento de la inconformidad social que acrecienta esta inquietud.
Pero lo real de todo, es que los partidos que no calienten motores y que ni siquiera le prendan a la hornilla los más modestos, se están rezagando, como el caso del PAN en Sinaloa que lo más atrevido que ha hecho es condicionar una alianza con el PRI a una candidatura a gobernador que no sea del PRI, olvidando los líderes de Acción Nacional que la alianza en curso entre partidos contra MORENA es nacional y se finca en los 300 distritos federales, y la distribución de las 15 gubernaturas, por lo que no puede ser tan lento.
Por eso el “Frente Sinaloense” que lidera Jorge Abel López Sánchez al interior del PRI tiene mérito y valor político, porque está sacudiendo la modorra del priismo y abriendo la discusión sobre la ruta y los métodos del PRI en Sinaloa, cosa que debe ser considerada por todos, no solo por el PRI.
