Hablando de política, la frase que dijo el gobernador electo, Rubén Rocha Moya el pasado 13 de junio a ReflectoresMX, sobre su gabinete, tiene mucho ingrediente de sinceridad y de verdad.
Esa frase fue: Sí traigo en mente (los nombres), pero no lo puedo decir, los voy a tener ahí (en la mente)”.
Una oración que tiene mucho significado por donde se vea. Rocha Moya en realidad ya tiene algunos de los nombres en la cabeza de las mujeres y hombres que lo van a acompañar en los próximos seis años en su gobierno. El badiraguatense será un hombre muy cauto con ello. El morenista no quiere mediatizarlo, pero sí meditarlo con toda calma y seguramente antes hacer algunas consultas a nivel nacional.
La expectativa del próximo gabinete es muy grande, sobre todo para el “círculo rojo” y para muchos que ya se ven sentados en escritorios de Palacio de Gobierno, trabajando. Muchos de ellos, por cierto oportunistas. Es claro advertir que esos nombres se los tiene él guardado, y sólo él. Bueno, en realidad quizá personas de su familia puedan conocer algunos de esos nombres, pero nadie más. Rocha es un hombre cauteloso que esperará algunas semanas antes de soltar noticias claras al respecto. Lo que sí nos queda claro es que será justo con las mujeres y hombres que lo ayudaron en campaña, donde muchos hasta de su dinero tuvieron que poner.
Lo cierto es que como lo hemos dicho, veremos a gente como Graciela Domínguez Nava, Gerardo López Cervantes, Enrique Inzunza Cázarez, Adriana Ochoa del Toro y Héctor Melesio Cúen ocupando un cargo.
Campaña de odio.
Es la frase que podría describir la nueva temática de la mañanera del presidente, denominada “¿Quién es quién en las mentiras?”. Andrés Manuel López Obrador ha instaurado desde su figura una sección que solo generará encono entre periodistas y su administración. No se conoce algo igual en otro país democrático y desarrollado, donde la pugna y la atención del país, durante una conferencia nacional, sea atacar a los medios o periodistas, que son generadores de democracia.
Creemos que es tiempo perdido, habiendo tantos millones de pobres en el país, problemas de violencia entre los cárteles, desempleo, falta de medicamentos y contagios de Covid, y el presidente López Obrador dedique tiempo a ello. Sin duda, está mal asesorado por Jesús Ramírez Cuevas, su vocero, un hombre que no ha sabido llevar la fiesta en paz con los medios y que solo ha protagonizado un papel muy gris a su cargo.
Declaraciones forzadas.
No son las maneras de hacer las cosas. Resulta que la sinceridad del secretario General de Gobierno, Héctor Flores Ávalos de Durango, sobre de no venir a Mazatlán ante el aumento de contagios Covid, costó que el mismo gobernador, José Rosas Aispuro Torres, tuviera que retractarse frente a su homólogo Quirino Ordaz Coppel, a nombre de su amigo y subordinado.
El aumento gradual de contagios es un hecho, y la respuesta no debe ser tratar de minimizar el problema, porque eso lo único que denota es una falta de sensibilidad a un tema tan delicado, y que debería de estar poniendo a pensar a las autoridades de Sinaloa, en qué medidas tomar, y no sólo salir ante los medios, como si la economía fuera lo único que importara. Las cosas no se hacen de palabra, se hacen de hechos, y lo segundo no lo vemos por ningún lado. No vemos a un Gobierno del Estado anunciando medidas más duras.
O sea que el gobernador duranguense hizo un estilo: lo que mi secretario Flores quiso decir fue…”
¡Tache!.
Campaña a medias.
Nos cuentan los chóferes del transporte urbano, que la colocación de las calcas para negarle el acceso a los pasajeros que no porten cubrebocas en Culiacán, no es para todos los camiones, sino para unos cuantos concesionarios, que parece son los consentidos del presidente municipal, Jesús Estrada Ferreiro.
Nos aseguran que las calcas se pegaron solo las unidades del empresario Jaime Palazuelos, con quien parece el alcalde tiene algún tipo de arreglo o convenio. ¿De qué se trata? La pandemia es para todos, no para unos cuantos.
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