Hoy viernes amanecimos en Sinaloa con nueva fiscal, y la primera mujer en nuestra historia que ocupa este cargo. Sara Bruna Quiñónez ha sido la designada, casi por unanimidad de los diputados (39 votos a favor), quien será la cabeza de la procuración de justicia en Sinaloa en los próximos siete años.
Sara Bruna Quiñónez llega a fiscal después de una larga carrera, muy meritoria, en la antigua procuraduría de justicia, donde fue ministerio público hace 30 años, y de allí continuó su carrera en el tribunal de justicia sinaloense, primero como actuaria, luego como secretaria de estudio y cuenta, para más tarde, el 2004, llegar a juez en el juzgado de Escuinapa, y el 2016 alcanzó el cargo de juez de control y enjuiciamiento penal en la zona centro norte.
Sin duda, una larga carrera profesional que alcanzó notoriedad pública con su consistente posición ante el juicio que se llevó a cabo contra algunos funcionarios del gobierno de MALOVA, quienes fueron acusados por la Auditoría Superior del Estado (ASE) y la propia contraloría del gobierno estatal, donde se mantuvo firme en él, para que los acusados repararan los daños y fueran castigados.
Gracias a ella, por esa valiente y decidida actitud, pudo conocer la sociedad de las trapacerías de algunos malos funcionarios del gobierno de Mario López Valdez, como también del contubernio del gobierno de Quirino Ordaz Coppel, para que dichos ilícitos quedaran tan solo como una mala anécdota sobre la picaresca política de los gobiernos sinaloenses.
Sara Bruna (lo digo con afecto, sin conocerla), dejó en la sociedad sinaloense la imagen de una ciudadana comprometida, de una funcionaria pública enteramente responsable con sus responsabilidades oficiales y de una voluntad indispensable para hacer cumplir la ley.
No le será difícil cambiar muy rápido el rostro de la fiscalía, de la que huye Juan José Ríos Estavillo, pero deberá batallar mucho para perfilar el rostro de la justicia. Ojalá.