En la “Semanera” del lunes, el gobernador Rubén Rocha mostró “la caja de los tesoros”, o la caja de Pandora, según sea la actitud ante tales secretos que duermen o debieran dormir, como es el acta de entrega – recepción, donde tendrían que estar consignadas muchas cosas, como se descubrió finalmente el misterio de a quién pertenecía la USE, por lo que sería muy bueno ir al fondo de esos misterios y darle por lo menos a la sociedad sinaloense la verdad sobre actos de gobierno sumamente sospechosos.
Por eso en este breve espacio desde noviembre venimos insistiendo en que el acta de entrega – recepción, no solo del gobernador Rocha sino también de todos los presidentes municipales y organismos autónomos y descentralizados que manejan recursos del gobierno, precisamente para elevar esa transparencia y confianza que vienen ganando el gobierno rochista.
Finalmente, se descorrió el misterio y se dice que la USE pertenece a la Sección 53 de los maestros, y yo me pregunto, remontándome por allá al año 2000 ¿Cómo fue a parar a manos de los dirigentes de la Sección 53 este bien, si se construyó con dinero del Estado? Fue el gobierno que convocó a una licitación pública, por cierto un tanto sospechosa, cuando se dijo que el constructor debería poner un terreno de tales dimensiones, donde nada más les faltó el domicilio, resultando ganador el Grupo Homex, a quienes siempre se les adjudicó la propiedad de la USE.
Otro tanto puede ocurrir con el ya viejo tema de cómo y por qué se vendió la MAXIPISTA en el 2009, a un año de que pasara a ser propiedad del gobierno de Sinaloa, y pasó a manos de Carlos Slim por 280 millones de dólares, cuando valía 1500 millones de dólares.
Igual ocurre con “La Costera”, que se dijo muchas veces que sus ingresos se destinaban a pagar un crédito del proyecto “3 Ríos” de 500 millones, destinándose el ingreso de la carretera y la caseta San Miguel, que tiene en promedio un ingreso de mil millones de pesos anuales, y quién sabe qué pase ahorita, porque está hecha pedazos, como si el gobierno de Sinaloa y quienes administran la carretera no tuviera un peso.
Está comprobado que la Auditoría Superior del Estado (ASE) ni por equivocación ha realizado alguna pesquisa administrativa y financiera de estos temas, como nunca respondió a los acuerdos que promovió nuestro amigo Juan Figueroa (DEP), de que se aclarara lo de la MAXIPISTA y La Costera, como después lo hizo otro amigo, Ramón Lucas Lizárraga, sobre la propiedad de la USE, cuando ambos fueron diputados locales.
Por lo que es de esperar que ahora haga algo que no sea obstaculizar, como cuando dijo que no había archivos de la MAXIPISTA en el gobierno del estado y luego que los ingresos de La Costera y la caseta de San Miguel están bien invertidas, sin que llegara a manos de los diputados ninguna evidencia.
La USE ha sido un tema difícil, que le falta mucho aún por esclarecer y más lo son los casos de la MAXIPISTA y La Costera, pero ya que el gobierno de Rubén Rocha avanzó, tendrá que aclarar muchas cosas más. La sociedad merece eso y mucho más.