Diga lo que diga, haga lo que haga el gobierno estatal respecto al carnaval de Mazatlán, este se realizará en tiempo y forma, tal y como lo han planeado las autoridades municipales del puerto, porque simplemente así lo ha decidido y sea cual sea la circunstancia, no lo van a modificar las autoridades sanitarias del estado, así tengan una pila de cadáveres y los hospitales estén repletos de enfermos de COVID-19.
Todo el operativo planeado marcha paso a paso, lo demás no cuenta y podrán decir lo que quieran las autoridades, pero todo sigue adelante sin el más mínimo respeto a las autoridades, ocupaciones e investiduras del gobierno estatal, como en un diálogo de sordos.
Es triste ver este paralelismo de dos autoridades, donde una informa de 718 contagios y 39 decesos, que se suman a los casi 12 mil que informó el secretario Héctor Melesio Cuén por las subestimaciones en la contabilidad, mientras que por el otro carril marcha a todo motor el aparato organizativo del carnaval mazatleco con el presidente municipal, “El Químico” Benítez, a la cabeza.
Desde siempre fue notable que las conductas de unos y otros al final del día convergían, tanto porque el gobierno estatal se vio vacilante y permisivo con otros eventos como el beisbol y espectáculo artísticos, lo que seguramente advirtieron las autoridades mazatlecas y aprovecharon la ocasión para pensar en ya no detenerse.
Si el gobierno estatal hubiese sido firme y decidido, sin salirse de la raya con otros espectáculos, de otra forma se hubiera abordado la realización, o no, del carnaval.
No ocurrió así con los juegos finales de la temporada de beisbol, como tampoco con el concierto de “El Buki”, que dicen aglomeró a 20 mil personas, e igual fue la decisión de reiniciar las clases presenciales, pese a que en una semana de las mismas se reportaron más de 3 mil niños contagiados.
Prácticamente se abrió a toda la sociedad en todas las actividades, cuando casi un millón de niños y jóvenes salieron a las calles para ir a las escuelas y muchos de ellos junto con sus padres.
Si esa ha sido la conducta del gobierno estatal, que encabeza Rubén Rocha ¿Con qué cara se le puede cuestionar al “Químico” Benítez su operación para organizar el carnaval de Mazatlán? ¡Pues con ninguna!
Y lo peor de todo en este juego político es que las preocupaciones sanitarias son meras mascaradas y no preocupaciones sólidas por la salud de la sociedad, así que no nos extrañe verlos a todos juntos bajo el sol en el carnaval del Mazatlán ¿Y qué?