Quién sabe cual sea la razón, motivo, pretexto o circunstancia de por qué el PAS se ha convertido en el “perro del mal”, como aquellos pobres que en los pueblos se decía que traían la rabia y una turba se lanzaba tras ellos, siendo perseguidos por todos lados hasta que los atrapaban o huían, inexplicable en todos los sentidos, porque quienes los acosan y persiguen son sus mismos aliados, los de MORENA.
No tiene lógica y explicación menos, como no sea la envidia, la ingratitud o el miedo de los pusilánimes, cuando tienen MORENA y PAS juntos tantos retos y tareas que hacer y vencer, como para que perviva una actitud tan absurda como ilógica.
Pero en fin, a veces querer encontrar una explicación donde no la hay es necedad y vale más agarrar otra ruta para encontrar un sentido a las cosas.
Cómo podría ser que MORENA esté buscando que el PRI sea segunda fuerza en el congreso del estado, como ya lo es, con los dos diputados que le cooptaron al PAS y, con ello, muy probablemente el diputado Gene Bojórquez pronto se esté despidiendo como presidente de la mesa directiva del congreso.
Lo mismo ocurre con Aarón Irizar, que de ser prospecto de unidad para la presidencia del PRI, ya lo “enfermaron” y retiraron bloqueándole todos los accesos, como si esa posición estuviese predestinada para algunos de los exgobernadores del PRI aliados con MORENA ¿Quién sabe por qué?
Pareciera que MORENA no tiene enfrente una tarea política nodal como lo es la consulta sobre revocación de mandato, y está dedicada a quién sabe qué, con un odio visceral contra Cuén, que hacen bien en aguantar los golpes y buscar un arreglo, si es que pueden.
La actitud de MORENA es a todas luces un error garrafal al dinamitar los puentes con su principal aliado, tanto que le puede salir “el tiro por la culata”, porque si bien el PRI y los exgobernadores son aliados más significativos, la unidad y cohesión de MORENA, así como su alianza con el PAS no es menor.
Esta beligerancia política contra el PAS y Cuén también ha prendido las antenas en muchos actores políticos, específicamente los presidentes municipales y alguno que otro aspirante a las senadurías del 2024, siendo ahí donde se puede “hacer bolas el engrudo” y resultar mas enredados que un “chihuili”.
Y como dijera Juan Gabriel, “pero qué necesidad”, si no son incompatibles ni una ni otra alianza, salvo que hubiese algún plan excepcional, que lo dudo, pero pudiera ser. No me lo imagino.