Consulta de AMLO, sin límites

    Foto: ReflectoresMX.

    Descanse en paz nuestro amigo y compañero Francisco Javier Carrillo Soberón, acaecido este lunes. Un fuerte abrazo para toda su familia y amigos.

    Durante muchos años escuchamos que la máxima de un demócrata era saber perder, precisamente porque en los tiempos del viejo régimen priista, el de partido único, el PRI no sabía perder y cada vez inventó más y más triquiñuelas para mantenerse en el poder y siempre ganar las elecciones, sin importarles cómo, no sabían lo que era la democracia, y si la conocían sabían que en ella se gana o se pierde, por eso se acuño aquella frase de “la esencia de un demócrata es saber perder”.

    Nos viene a la memoria precisamente porque ahora que llegó al gobierno MORENA y la 4T, con AMLO a la cabeza, la historia se repite y de nuevo nos encontramos que los gobiernos de MORENA a todos los niveles y en todo el país, con el gobierno de la república a la cabeza, después de decretarse la ley de revocación de mandato y el reglamento de consulta, precisamente por la mayoría de MORENA en el Congreso de la Unión, se dieron luego a la tarea de solicitar a la Suprema Corte convocara a consulta, y luego que se las aprobó la corte ordenó al INE que se hiciera cargo y la organizara.

    La historia de qué ha ocurrido desde entonces la conocemos todos. Primero no le da presupuesto suficiente al INE en el presupuesto que le aprobó en septiembre del 2021, luego se vino una guerra contra el INE porque entorpeció la consulta, según MORENA y AMLO, y más tarde les dio por hacer propaganda para la consulta, cosa que está prohibida en el reglamento que MORENA hizo (lo redactó Ricardo Monreal), llegando al extremo que después de que el INE recurrió a las cortes, ganó todos los fallos, se emitieron medidas cautelares para el presidente López Obrador y sus funcionarios, para que al final del día, con descaro sin límites, echaran mano de todos los recursos públicos posibles para promover la consulta, en un frenesí de esquizofrenia política.

    El acabose ha sido la reunión del presidente con sus gobernadores, de estos con sus presidentes municipales y el uso desvergonzado de recursos públicos que tuvo su expresión más rupestre y grosera en la gira del secretario de gobernación, Adán Augusto López, el jefe de la guardia nacional, Luis Rodríguez Bucio, junto al dirigente de MORENA, Mario Delgado, en un avión de las fuerzas armadas.

    Todo es un vivo retrato del viejo PRI, en sus mejores tiempos, que ostentaban como querían el poder sin el más mínimo rubor, pero ahora son MORENA y López Obrador los autores del desaguisado político con el que pretenden dar al traste con los avances de la democracia mexicana, con el pretexto que ellos abanderan la “cuarta transformación”, la nueva revolución mexicana y la justicia para el noble pueblo mexicano.

    Es decir, que les importa un pito la pluralidad, la existencia de diversas corrientes ideológicas y partidos políticos, ni qué tanto pesen y, lo más importante, opinen.

    Pareciera que de nuevo emergen las orejas de aquel ser que dibujó Octavio Paz en su obra “El Ogro Filantropico”, con el autoritario que solo reconoce la democracia como aquel que pedía justicia, pero “que se haga en los bueyes de mi compadre”.

    Así se me viene a la memoria la vieja frase que expresó nuestro amigo Audomar Ahumada meses antes de morir: “No es lo mismo ser borracho que cantinero”.

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