Por José Luis López Duarte
Este sábado y domingo que pasaron, MORENA cumplió la primer parada interna de su agenda hacia el 2023 y 2024, al elegir a sus consejeros estatales y nacionales, así como sus congresistas estatales y nacionales, para avanzar al Congreso Nacional los días 16 y 17 de septiembre, precisamente un día después de que AMLO dé respuesta a la controversia sobre el T-MEC que han interpuerto los gobiernos de Canadá y Estados Unidos en contra de México.
La agenda de MORENA es lógica y coherente con la estrategia que AMLO ya opera en las grandes decisiones del país, para enfrentar a sus socios comerciales en el T-MEC y la consigna es simple: No concliación, sí confrontación.
Quién sabe en qué derive todo este conflicto legal, que tiende a convertirse en político, pero lo cierto es que es muy adverso para el gobierno mexicano, tan solo considerando que él es el acusado de violar las reglas del T-MEC y eso ya es bastante.
AMLO necesita a MORENA para la competencia electoral, particularmente para legalizar sus decisiones y acciones ante los organismos electorales, pero también los necesita para la lucha política que está preparando, como serán sus movilizaciones en contra de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y los empresarios nacionales.
AMLO ya pasó de su consigna «los pobres primero» a la de «abajo los ricos», que según él pretenden saquear al país y hay que llevar a cabo su defensa, y eso que mejor que en el marco de las fechas de la independencia y la revolución mexicana, precisamente cuando los corazones de los mexicanos hinchan de patriotismo, aunque casi siempre sea para echarse un alipus.
Pero bueno, AMLO así lo cree y por lo menos le va a servir para agitar y organizar a sus seguidores mientras llega el fallo de los páneles económicos que instalará el T-MEC y definirá quién o quiénes tienen responsabilidades y de qué tamaño.
Y para eso obviamente que se necesita un partido político más o menos organizado, que se convierta en el soporte político del presidente López Obrador, de tal manera que no sea el bierno el actor social, sino el partido MORENA.
Por eso, desde el ángulo que se le mire, y con todos los fallos que se consideren, los casi mil centros de votación que instaló MORENA en todo el país para recibir la votación de sus afiliados (casi tres millones en todo el país), resultó sumamente insuficiente y logísticamente inoperante, que explican las múltiples irregularidades de la elección interna.
Casi 200 secciones electorales por centro de recepción de votos y un promedio de diez mil afiliados para votar en cada uno de ellos, pues ya se imaginarán lo que provocó tal error logístico. 200 secciones por centro de votación son un territorio enorme, si hablamos de zonas urbanas, pero si se combina con zonas rurales resultará un verdadero despapaye, como en muchos lugares ocurrió.
Por eso, concluir en un juicio de antidemocracia, corrupción e ilegalidad, más bien parece un resultado de una mala organización, que los burócratas políticos (como en todos los partidos) creen que con dinero lo resuelven todo.
Que necesitarán trasladar gente… «ponemos camiones», que la gente viajará y esperará mucho tiempo… «no se preocupe, les damos tortas o una feria para que coman»… Que hay muchos lugares donde no hay camiones «ahhh pues que consigan un carro y aquí se los pagamos».
No sé si para ellos las torpezas organizativas siempre las quieren resolver con dinero, y si la gente pega de gritos luego luego responden «han de querer más…» y así todos aquellos que se esforzaron se van echando para atras.
Les puedo jurar, «por esta cruz bendita», que así fue. Un discurso descalificador a MORENA no corresponde, pero un juicio a esa burocracia que los dirigen, se la merecen.
Los invito a compartir la mesa de análisis político que dirige el Dr. Héctor Muñoz los lunes, miércoles y viernes a las 6:30 de la tarde, con la participación de los analistas Fernando Camacho, Leonel Solís y un servidor. Los esperamos en Facebook dr hector muñoz
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