Tokio.- En 2017, los suicidios de jóvenes en Japón alcanzaron su nivel más alto en tres décadas, de acuerdo con nuevas cifras dadas a conocer por el gobierno.

Se trata de un problema persistente en este país, aunque el número de incidentes ha estado disminuyendo en general. Sin embargo, los suicidios infantiles han aumentado recientemente. Los expertos dicen que algunas posibles causas son la presión académica y el acoso escolar.

El año pasado, 250 menores de primaria, secundaria y bachillerato se suicidaron, la cifra más alta desde 1986, de acuerdo con datos que publicó el Ministerio de Educación el mes pasado.

Según las inspecciones que lleva a cabo este organismo, la mayoría de los estudiantes no dejaron explicación alguna de por qué decidieron quitarse la vida. Quienes sí lo hicieron citaron con frecuencia las preocupaciones respecto de qué camino tomar después de graduarse. Entre los otros motivos se mencionó el acoso escolar y los problemas familiares.

Entre las primeras causas del suicidio en menores, están el acoso escolar y los problemas familiares. Foto: NYT

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Una inspección independiente realizada por la Oficina del Gabinete de Japón en 2015 halló que los suicidios infantiles tendían a aumentar el 1 de septiembre, por lo que se especuló que los estudiantes sentían una presión más intensa en la escuela después de las vacaciones de mediados de año. Según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar del país, el suicidio fue la principal causa de muerte el año pasado entre las personas cuyas edades oscilan entre los 15 y los 19 años.

Aunque el suicidio infantil no es un problema que solo enfrente Japón, las enfermedades mentales aún no son un tema sobre el que se hable abiertamente, y es difícil que los niños y los adolescentes deprimidos o ansiosos busquen ayuda.

“En Japón, el más grande problema es que hay un mayor estigma sobre los problemas de salud mental que en otros países”, comentó Vickie Skorji, directora de la línea de ayuda de TELL, un servicio de terapia e intervención de crisis en Tokio. “Es más probable que te acosen en la escuela y menos probable que obtengas apoyo de los servicios de ayuda o comprensión por parte de tus padres”.

Algunos expertos dicen que los niños no reciben tanto apoyo familiar como en el pasado. Aunque varias generaciones solían vivir juntas, ese tipo de familias ahora son menos comunes.

“Creo que las redes de apoyo para niños han estado debilitándose”, señaló Yoshitomo Takahashi, profesor y psiquiatra de la Universidad de Tsukuba. “Ahora no podemos esperar lo mismo que solíamos de las familias. No podemos esperar que los padres o los abuelos proporcionen el apoyo que solían proveer. En tal situación, los niños se quedan solos”.

Los expertos señalan que las escuelas normalmente no están bien equipadas para lidiar con las enfermedades mentales de los estudiantes y, en general, la educación sobre los padecimientos mentales es deficiente. “Los profesores están ocupados y no pueden responder a cada alumno en muchos casos”, dijo Yuki Kubota, profesor de Psicología Clínica en la Universidad Kyushu Sangyo.

A mediados de este año, una escuela secundaria en Aomori, al norte de Japón, admitió que el acoso provocó el suicidio en 2016 de Rima Kasai, una niña de 13 años. En un informe sobre el incidente, la escuela declaró que se había servido de profesores en específico para responder al acoso, pero que la situación “llegó al límite porque no se tomó ninguna medida organizada”.

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