De qué sirve haber transformado la vieja “sastrería” del PRI, que era la contaduría mayor de hacienda y que le hacía los “trajes a la medida” a los gobernadores y presidentes municipales, para crear la Auditoría Superior del Estado (ASE), que cada año presenta los resultados de las auditorías y los diputados, a la hora de calificar si aprueban o reprueban, les importa un comino la información y solo siguen la indicación del gobernador en turno, como antes pues, aunque MORENA y el presidente López Obrador digan que ya cambió.
Nada más falso, y por eso reitero que me lleno de orgullo cuando la diputada Graciela Domínguez Nava encabezó aquella lucha contra Quirino Ordaz Coppel, impulsando el rechazo de sus cuentas públicas del 2017 y 2018 en la anterior legislatura, como irrita también ver al líder de los diputados, Feliciano Castro, encabezar la aprobación de todas las cuentas de Quirino Ordaz Coppel, desde el 2019, 2020 y 2021, como si no estuvieran tratando con los mismos del 2017 y 2018, que habían sido rechazados.
¿Qué puede argumentar el diputado Castro Meléndrez sobre la diferencia de las cuentas del gobierno de Quirino Ordaz? ¡Nada! Porque simplemente a fuerza de sumisión las tiene que aprobar porque el presidente López Obrador hizo alianza política con el exgobernador del PRI.
Tanta ha sido la indulgencia que se han tenido que dejar pasar y cargar con cuentas sin fuente de pago, muchas producto de desvíos de recursos y quizás corruptelas, por alrededor de 4 mil millones de pesos, deuda que lastima intereses de trabajadores de instituciones, la moral del gobierno, y presenta a los diputados que las avalan como marionetas de un juego que corrompe las instituciones y anula el peso de la ley.
¿De qué sirve invertir cada año más de 400 millones en la ASE para que investigue quién gasta bien y quién gasta mal los dineros de la sociedad?
Si los diputados por consigna de los poderes políticos y de partidos van a votar lo que esos poderes les ordenan y no lo que marca la ley de auditoría del estado, que pretende la ASE aplicar, pues bien vale la pena pensar si tiene caso que la ASE continúe con ese trabajo que no se le considera.
Antes, cuando el gobernaba el PRI y que se luchó mucho por cerrarle la “sastrería” de la contaduría mayor de hacienda, resulta que la creación de la ASE en el 2008, que se creía que con la salida del PRI del tercer piso, habría transparencia, legalidad y uso honrado al cien por ciento de los recursos públicos, pues resulta que con MORENA y viejos militantes de izquierda en el gobierno y en el congreso del estado están haciendo lo mismo, al pasar por encima de los trabajos de la auditoría superior del estado y convertirse en los nuevos “sastres” del gobierno.
Es muy lamentable lo que está haciendo la legislatura actual, la 64, que encabeza Feliciano Castro Meléndrez, quien ha tirado por la borda lo que hicieron los anteriores diputados de MORENA, resultando en un fiasco muy indecoroso, al tener que borrar con el codo lo que escribieron en el pasado.
Será muy difícil que enderece el rumbo, y como dice la diputada Aurelia Leal, buscarán sus chivos expiatorios en algunos municipios, para “taparle el ojo al macho”.