Alan García dejó carta antes de suicidarse

La epístola del expresidente peruano fue leída por su hija Luciana García durante una ceremonia en el partido Aprista Peruano

«Les dejo mi cadáver como una muestra de mi desprecio a mis adversarios», escribió en su carta el expresidente peruano Alan García antes de suicidarse, la cual fue leída por su hija Luciana García.

Desde el miércoles, García fue velado en la sede del Partido Aprista Peruano, en Breña, donde acudieron amigos del expresidente, familiares, simpatizantes y líderes políticos.

Durante una ceremonia en la sede aprista, la hija del exmandatario, Luciana García, leyó una carta que les dejó su padre.

«No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza. La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podrá haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano. Por eso repetí: otros se venden, yo no», señala un fragmento de la carta.

Los restos del expresidente peruano Alan García llegaron este mediodía al cementerio Mapfre de Huachipa, en las afueras de esta capital, donde serán cremados en una ceremonia privada.

Alan García, de 69 años, se suicidó el pasado miércoles cuando la policía llegó a su domicilio para cumplir una orden de arresto preventivo en su contra, por sus presuntas implicaciones en un caso de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht.

Esta es la carta completa:

Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento. 

Por eso y por los contratiempos del poder nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones.

En este tiempo de rumores y odios repetidos que las mayorías creen verdad, he visto cómo se utilizan los procedimientos para humillar y vejar y no encontrar verdades. 

Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí. Y el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era muy inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnia.

No hubo ni habrá cuentas ni sobornos ni riqueza, la historia tiene mas valor  que cualquier riqueza natural. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano. Por eso repetí: otros se venden, yo no.

Cumplido mi deber en la política y en las obras hechas en favor del pueblo, alcanzadas las metas que otras países o gobierno no han logrado. No tengo porqué guardar vejámenes. 

He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene porqué sufrir esas injusticias y circos. Por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse.

Que Dios al que voy con dignidad proteja a los de buen corazón y a los más humildes.

Luego de la lectura, el hijo menor de Alan García, Federico Danton, se inscribió en el partido político APRA frente a ataúd de su padre.

(Con información de Notimex).

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