Una disculpa por el error en la columna de ayer «Rocha y el empresariado», al señalar que CODESIN se constituyó en el gobierno de Francisco Labastida, cuando fue en el de Renato Vega Alvarado. Gracias por sus observaciones.
Cualquier partido político es complicado, en el poder más, y MORENA es algo especial. Por eso el gobernador electo, Rubén Rocha, debe dotarse de una poderosa dosis de voluntad e inteligencia emocional para soportar todas las presionas a las que está sometido en la hora de las definiciones de su equipo de trabajo.
Dicen que en política lo más difícil es ganar una elección, y que lo demás viene como complemento, tanto hacer el equipo de gobierno como gobernar, y yo creo que ninguna es fácil y cada una de las fases tiene su complejidad especial.
Por ejemplo, en la fase actual se trata de equilibrar con todos los actores y factores que fueron artífices del triunfo electoral, como también construir las nuevas alianzas para el ejercicio del poder político y la gobernabilidad, donde casi siempre se quiebran muchos procesos, porque lograr ese equilibrio, cuando los intereses, las pasiones y emociones entran en juego, son intangibles muy difíciles de controlar.
Cuando se ven las noticias de que parece todo que camina “viento en popa” para el ascenso del nuevo gobierno, de manera subterránea los factores anteriores están jugando con todo por alcanzar cada uno sus propósitos, al extremo de alguno de sea como sea.
Así corren todo tipo de intrigas, descalificaciones, rumores, incitaciones y cualquier cosa que rompa la tranquilidad de la transición de gobierno y hasta amenazar las alianzas estratégicas al interior del bloque del nuevo gobernador, que todos los días, en algún lado o en otro, se oye el rumor de que “Rocha y Cuén ya rompieron”, “que el PAS no va al gobierno de Rocha”, “que de México están “ajustando” a Rocha para que el gabinete sea morenista” y así por el estilo, provocando la zozobra e intranquilidad de muchos.
No ha sido fácil para Rubén Rocha construir estos equilibrios y la verdad que en este contexto exuda estulticia el presidente de Mazatlán, el “Químico” Benítez, cuando rompe sus acuerdos políticos con el PAS y se exhibe con su frivolidad que le provoca ya una mayoría de regidores adversa, antes de tomar posesión para su segundo mandato.
Si el presidente municipal de Mazatlán es capaz de eso, como lo ocurrido también en Guasave, donde prácticamente la expresidenta municipal, Aurelia Leal, tiene roto su trato político con el Dr. Martín Ahumada, presidente electo, y los escándalos no paran, qué se puede esperar de los activos de MORENA “de a pie”.
Y seguramente también debe sufrir Rubén Rocha presiones de todos los grupos nacionales de MORENA que aspiran a fortalecer sus grupos en suelo sinaloense.
La verdad que en la campaña electoral se sufrió para que ganara MORENA y sus candidatos, pero quizá ahora sea más, porque este es un trabajo muy gris… pero hay que hacerlo y se requiere de mucha voluntad.
