EN LA RAYA
Por José Luis López Duarte
Todos en el mundo vivimos crisis diversas, y en todos, cada quien a su manera, busca encontrar salidas. La crisis que vive el PRI no es nueva y no ha tocado fondo, pero mientras eso ocurre, para encaminarse a ello, debe eliminar un obstáculo: Su presidente. Sí, «Alito» Moreno, no está permitiendo a nadie en ese partido agarrar un rumbo, aunque no se sepa aún para dónde.
Lo cierto es que cualquier iniciativa de cualquier priista de inmediato es descalificado por el presidente del PRI, como lo ha hecho reiteradamente con cualquier voz en el PRI que no piense como él, como lo hizo este martes contra el exsecretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, a quien acusó de servir al gobierno de AMLO, como un esquirol político en contra del PRI por haber manifestado sus opiniones proponiendo, mesuradamente hay que decirlo, para que se hiciera a un lado Alito Moreno y ayudara al PRI a buscar esa ruta perdida, o por lo menos empezar a caminar en alguna ruta.
No, Alito Moreno ha sido radical en contra del ex secretario de gobernación, pero no solo él, también lo hizo contra siete ex presidentes del PRI que le pidieron dialogar los problemas de su presidencia en el PRI y lo que había que trabajar en el partido, cosa que tampoco aceptó.
Lo mismo hizo a un llamado que le hicieron también 16 ex gobernadores, con casi las mismas palabras y todo coincidiendo en que es necesario que Alejandro Moreno deje la presidencia del PRI.
Y, efectivamente, tanto Osorio Chong, los ex presidentes del PRI, como los ex gobernadores, todos tienen razón: El liderazgo de Alito en el PRI es el obstáculo principal para el PRI.
Y al final del día, todo lo que acusa Alito Moreno es lo que él es para el PRI, porque no hay mejor aliado de MORENA en la oposición cuando es el rostro político más desfigurado, al extremo de convertirlo en una piltrafa política que nadie quiere y todos coinciden que por salud de todos, la oposición debe retirarse y enfrentar sus responsabilidades de lo que se le acusa.
Mientras que esto no ocurra, el PRI continuará atrapado y entrampado, al grado de permanecer congelado y eso es gravísimo para la oposición. Precisamente porque el PRI, con todo y Alito y su cola, mantiene un promedio del 18% de intención del voto, el porcentaje más alto de los partidos que integran la coalición «Va por México», lo que conlleva un daño a la coalición que pueda resultar la clave de su derrota electoral el 2023 y 2024.
Por lo que el caso es mayúsculo, tanto que se puede especular que Alito puede ser el Caballo de Troya dentro de la coalición, jugando el rol de trabajar para MORENA, no como dice Alito que son sus detractores.
Es muy difícil la disyuntiva del PRI, porque ha caído en un pozo y están atrapados, de donde parece que no es nada fácil salir.
Han pretendido que razone Alito, pues hasta hoy no se ha movido un ápice, y peor aún, refuerza sus aparatos de control en el PRI, por lo que es más seguro que segurán trabajando para MORENA hasta que el PAN y el PRD por lo menos digan «¡Basta!»… Ojalá.