Un triste adiós para el viejo maestro y amigo Miguel Ocaña Montaño, tenaz con su idea comunista y consecuente con los reclamos sociales, DEP viejo amigo.
Me considero entre aquellas personas que creyeron que el 2024 se daría un choque de trenes políticos en México y que la correlación de fuerzas, se modificaría para una contienda social democrática, más equilibrada y sin tanto abuso de poder por la 4T.
Lamentablemente no ocurrió así, mas allá de los partidos políticos y los candidatos el presidente López Obrador y su equipo, lograron un gran acuerdo con los grupos económicos del país y los intereses norteamericanos, para preservar el triunfo de Claudia Sheinbaum, garantizando una victoria electoral, algo similar a lo que ocurrió en 2006, pero a la inversa, cuando lograron con todo su poder, imponer a Felipe Calderón en contra de AMLO.
Eso no significa decir que Xóchitl ganaría la elección, simplemente que nunca existió un resultado en todas las variables políticas, de una diferencia entre Xóchitl y Claudia de 20 millones de votos, incluso, las encuestas más desfavorables para Xóchitl, indicaban una diferencia entre una y otra candidata de un máximo de 15 puntos porcentuales, que traducido a números de votos, sería una diferencia de 10 millones de votos a lo sumo, pero ¿20 millones?
Resultado electoral que indiscutiblemente encierra una explicación, como la que tuvo el 2006, cuando Santiago Creel encabezaba para la candidatura presidencial hasta con 30 puntos porcentuales por encima de Felipe Calderón, resultando en la consulta nacional que de la noche a la mañana todo dio un vuelco a favor de Calderón, resultando para sorpresa de todos, el candidato presidencial y luego, “haiga sido como haiga sido”, convertido en presidente de la republica.
Es evidente que las condiciones del 2006 y las de ahora 2024 no son las mismas, pero las acciones y las intenciones si son iguales, por que el resultado es producto de un pacto de los grupos de poder que imponen su voluntad.
Por eso no es casual el voto corporativo, tanto en los grupos sociales adoctrinados por MORENA y la 4T, sino también, en el mismo tono y al mismo ritmo, los votos de las zonas de mayores ingresos en las ciudades.
Algo que nos recuerda lo ocurrido el 2004 en Sinaloa, aquella competencia entre Jesús Aguilar Padilla (QEPD) y Heriberto Félix Guerra, enfrentando con todo el presidente Vicente Fox al poderoso gobernador de Sinaloa Juan Millán, donde los grupos empresariales Sinaloenses, que habían iniciado la campaña electoral a favor de Jesús Aguilar, a medio camino negociaron con el presidente Vicente Fox dándole un vuelco a la contienda, metiendo en severos aprietos a Jesús Aguilar, quien logro, sudando la gota gorda, el triunfo sobre Heriberto Félix Guerra.
Aquí se vivió el choque de esos dos trenes del presidente y el gobernador ¿Cómo pretendieron doblar a Juan S. Millán el gobernador y soporte de la campaña de Jesús Aguilar? Precisamente con el poder empresarial sinaloense.
Así, en 2024, los empresarios mexicanos aliados con los intereses norteamericanos, de manera unánime prácticamente decidieron su apoyo por Claudia Sheinbaum y voltearon sus votos a favor de ella traicionando a Xóchitl, dejándola sola al final.
Si, el 2024 se evito ese choque de trenes y mas aun por la incertidumbre de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y se valen esas maniobras pues existen, pero la lógica de la economía y la geopolítica, provocan movimientos que obedecen sus propias reglas y leyes, que a un país como México, con todas sus potencialidades, no le es posible ir contra esas reglas y leyes, por lo que su destino está fuera de su alcance, de su voluntad y la incertidumbre será la tónica de los tiempos.
2025 es lo más inmediato en el horizonte y todo indica, que los problemas económicos y geopolíticos tenderán a agudizarse sin existir claridad aun sobre su velocidad e implosión, pero de que existen y crecen, como nubarrones para el 2025, ahí están.