La sesión de Congreso General en San Lázaro, había iniciado con la participación de las bancadas parlamentarias, como preámbulo a la ceremonia de toma de protesta del nuevo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Mientras él hacía el recorrido desde su casa en Tlálpan hacia el Palacio Legislativo, hicieron uso de la tribuna parlamentaria entre ellos, el diputado René Juárez Cisneros del PRI, quien afirmó “hoy 1 de diciembre, inicia un gran reto, pero también una gran oportunidad para México; hoy nos convoca la ley y la democracia; por ello es tiempo de decidir; decidir entre la inclusión o la descalificación, entre la democracia y la dictadura, entre el respeto a la ley o la violación del Estado de Derecho, entre el fortalecimiento, entre el fortalecimiento de las instituciones o el resquebrajamiento del Estado, entre virar hacia las nuevas generaciones o trabajar para las próximas elecciones”.
En su intervención del diputado Mario Delgado, a nombre de Morena, fustigó al régimen de Enrique Peña Nieto, al señalar que “esta ceremonia representa más que la transmisión de poderes; es el fin de un régimen autoritario, corrupto e injusto y el nacimiento de una nueva democracia. Es la inauguración del gobierno del pueblo y para el pueblo. Invito a todos a celebrar porque todos hemos ganado, nos hemos demostrado que podemos dirimir nuestras diferencias, de manera pacífica. No hay ganadores, ni perdedores definitivos, nos necesitamos todos, porque la única manera de enfrentar responsablemente, los enormes retos del país, es que lo hagamos juntos».
Cuando Andrés Manuel López Obrador, llegó al recinto parlamentario, una comisión de senadores y diputados, le acompañó hasta el presidium, donde ya aguardaban, el presidente Enrique Peña Nieto, el Ministro Luis María Aguilar, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Congreso y el senador Martí Batres, presidente de la Cámara de senadores. Muñoz Ledo, le concedió el uso de la palabra a López Obrador quien protestó como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Luego se produjo el cambio de Banda Presidencial. Después, Andrés Manuel López Obrador, se dirigió a la nación y en su discurso, le agradeció a Enrique Peña Nieto, “sus atenciones, pero sobre todo, le reconozco el hecho de no haber intervenido, como lo hicieron otros presidentes, en las pasadas elecciones presidenciales; hemos padecido ya ese atropello antidemocrático y valoremos en que el presidente en funciones, respete la voluntad del pueblo”.
Reiteró Andrés Manuel López Obrador, lo que ya ha expresado antes sobre la “Cuarta Transformación de la República” al expresar que “por mandato del pueblo, iniciamos hoy la cuarta transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy, no solo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político; a partir de ahora, se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo, profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y la impunidad, que impiden el renacimiento de México”.
Al referirse a la corrupción, el presidente afirmó que “nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo”. Por eso acusó con fuerza que «esa es la causa de la desigualdad económica y social. También de la inseguridad y de la violencia que padecemos”. Por eso atacó a las prácticas del neoliberalismo, al decir que el distintivo de éste es la corrupción. Suena fuerte, pero la privatización en México, ha sido sinónimo de corrupción. Luego arremetió contra el poder económico y el poder político, pues “se han alimentado mutuamente» y descartó que vaya a existir persecución, pues «esta nueva etapa la vamos a iniciar sin perseguir a nadie, porque no apostamos al circo y a la simulación”.
Anunció la reforma al Artículo 108 Constitucional, para eliminar el fuero al Presidente de la República y a los altos funcionarios y destacó que había enviado una iniciativa de reformas a la Constitución, para que el presidente pueda ser juzgado como cualquier ciudadano y por cualquier delito, aún estando en funciones. Cuando se refirió al caso de los desaparecidos de Ayotzinapa, fue interrumpido por la bancada morenista quienes gritaron a coro, los números de los desaparecidos. El presidente anunció la creación de una Comisión de la Verdad. En materia de finanzas públicas, anunció que habrá superavit y que “no se gastará más de lo que ingrese a la hacienda pública”. También se refirió a la separación del poder político del poder económico, al tiempo que dio confianza al expresar que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros, están seguras y se respetará la autonomía del Banco de México.
En materia económica, el presidente aseguró que no aumentará los combustibles y que solo se actualizará el valor de la inflación, al tiempo que anunciaba la construcción del Tren Maya, la siembra de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables, la refinería en Dos Bocas, Tabasco, la línea férrea del Istmo y la construcción del aeropuerto en Santa Lucía. También dijo que en la búsqueda y extracción del petróleo y del gas, no se utilizará la técnica de “fracking”, que no se utilizarán semillas transgénicas y que el avión presidencial se va a poner a la venta. Para fortalecer el desarrollo en la frontera, anunció la creación de una zona libre en Baja California, Sonora, chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde se reducirá el ISR al 20 por ciento y el IVA del 16 al 8 por ciento. Las gasolinas costarán igual que en California y se aumentará el salario mínimo al doble.
Tal como lo había propuesto en campaña, el presidente López Obrador, anunció la cancelación de la mal llamada “Reforma Educativa”, la creación del Instituto de Pueblos Indígenas y el otorgamiento de becas a los jóvenes que no trabajan, ni estudian. Para combatir la inseguridad y la violencia, anunció la creación de la Guardia Nacional, prevista en la Constitución y aseguró que se enviará una iniciativa de reformas y adiciones a la Constitución. En materia de política exterior, López Obrador reiteró que “ nos apegaremos a los principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y cooperación para el desarrollo. En ese tenor, anunció que se buscará con los gobiernos de Canadá y Estados Unidos, la cooperación para lograr inversiones en Centroamérica, para buscar disminuir el fenómeno migratorio.
Finalmente López Obrador, dijo que gobernará con “entrega total a la causa pública”. Que actuará sin odios, que no le hará mal a nadie y que respetará las libertades, al tiempo que se “declaró juarista y cardenista. También maderista y se proclamó partidario del sufragio efectivo y de la no reelección”. Por ello, dijo se someterá a la voluntad del pueblo y a la revocación de mandato, a través de una consulta dentro de dos años y medio para preguntarle al pueblo, para saber “si quieren que el Presidente de la República, se mantenga en el cargo o que pida licencia, porque el pueblo pone y el pueblo quita”. Así inicia pues, la Cuarta Transformación de la República, en una nueva era, sin odios, ni rencores, “buscando ante todo, para celebrar juntos el esplendor de la República”.