Hace ya casi dos años, por allá en septiembre del 2021, cuando al presidente López Obrador se le ocurrió cambiarle de nombre al “Triángulo Dorado”, la bifurcación donde convergen las fronteras de Chihuahua, Durango y Sinaloa, por “Triángulo de la Bondad” o “de la gente buena”, lo que abrió el debate entre el diputado Feliciano Casto, siguió a pie puntillas la “gran idea” de AMLO, y el presidente municipal José Paz López respondió con la propuesta de crear un “museo de narcotráfico”.
Algunos meses duró la controversia al grado que el diputado Castro Meléndrez auguró grandes inversiones para combatir la pobreza en la región y poder medio terminar con el estigma de la región, cuna y dominio del narcotráfico en México, para transformarlo en una región de trabajo y bienestar social, según el diputado.
Mientras el presidente municipal escucha voces de rechazo a su propuesta y de apoyo de historiadores e investigadores sociales, quienes hablaron los primeros, de que el museo seria hacer apología del narco, los otros, mencionaban que el museo serviría para recordar a los saldos negativos de esa condena maldita, que al final, como el “Triángulo de la Bondad”, quedaron en nada y quizá haya sido lo mejor.
Si, por que a partir de ese debate, José Paz López, el presidente municipal, tuvo la idea de construir un polo de atracción turística, que como Surutato, significara un punto de referencia, recreo y turismo, recogiendo de alguna manera la simbolización de la grandeza del municipio desde el enfoque que cada quien lo quiera ver.
Así ha surgido la creación de un centro recreativo con la construcción de una gigantesca bóveda celestial de un templo y un malecón, a partir de un gran muro de contención de las aguas del rio, que luego recuperaron las tirolesas y cuando se concluya la enorme estatua de 18 metros de altura de “San Judas Tadeo”, tomará más cuerpo el centro recreativo de “la otra banda” de Badiraguato, que poco a poco se convertirá en un corredor turístico hasta Surutato.
Jose Paz, el presidente municipal, es tenaz y decidido por lo que no debe extrañar la evolución de una polémica, en buena medida estéril, con el diputado Feliciano, haya pasado a un feliz proyecto que exigirán mucho más y requerirá un diseño más integral para la región.
Rediseño que implicará concluir la carretera “Badiraguato-Parral”, construir varios bordos, represas y alimentadores de mantos freáticos, así como pasar a la explotación de los micro climas de todo “el Triángulo Dorado” donde es factible el cultivo del aguacate, hortaliza y árboles frutales. Ojala, se aprovechen e inviertan en estos proyectos.