Caso UAS: el fallo judicial

    Ayer, el rector de la UAS, Jesús Madueña, informó a la sociedad sinaloense que se le había concedido a la UAS la suspensión definitiva contra la Ley de Educación Superior de Sinaloa, en la que se establecía que el Congreso del Estado sería el órgano que organizaría la consulta para recoger las opiniones sobre la reforma a la ley orgánica de la UAS y no el consejo universitario, lo que se consideró una violación a la autonomía universitaria, como ahora el tribunal federal lo confirma al decretar la inaplicabilidad de la ley y en definitiva se sepa, cuando la suprema corte resuelve si es constitucional o no dicha reforma y en definitiva quede suspendida o se reanuda su aplicación.

    Por lo pronto se ha abierto un impasse y ha replegado a los frentes en disputa, por lo menos en este tema, repliegue que debe servir sobre todo al Gobierno del Estado a reflexionar sobre lo sucedido y por qué se tensó a extremos el conflicto, al punto de casi salir a la calle los universitarios y desencadenar con ello una batalla más allá de la ley y la institucionalidad, para convertirla en una guerra política.

    Afortunadamente el fallo judicial vino a recuperar la tranquilidad, pero como dice un amigo mío, que el problema no ha terminado porque se trata – dice – de un conflicto político electoral y que no se produce por un error legislativo, sino por una maniobra para atizar la incertidumbre y desconfianza que provoque un choque para luego buscar la renta electoral.

    No deja de tener lógica el razonamiento de esta persona, y más aún cuando la ilegalidad de las reformar es tan evidente que cualquier abogado la identifica de inmediato y que sabían perfectamente que habría reacciones de los universitarios.

    Y efectivamente, la inteligencia y prudencia del rector Madueña que orientó al Consejo Universitario a una batalla legal por la defensa de la autonomía universitaria, dejando como último recurso las movilizaciones.

    Pero lo que más sorprende de todo esto es como han arrastrado al Gobierno del Estado a una reyerta de callejón, como si no hubiera la inteligencia suficiente para dialogar y trabajar conjuntamente, en cómo adoptar medidas para transformar y mejorar la UAS, medidas que el propio rector y el consejo universitario vienen trabajando desde junio del año pasado, cuando esta administración asumió el gobierno de la UAS, buscando establecer el plan institucional lo más moderno posible que permita a la universidad hacer frente a sus retos y problemas.

    Hubiera sido histórico que al rectorado de Jesús Madueña el gobierno del estado lo abrazara y apoyara para juntos mejorar el rostro de la UAS. Lástima, no ocurrió, prefirieron el pleito.

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