Culiacán.- El accidente de la avioneta Cessna, que dejó a sus cuatro tripulantes muertos en el sector Rincón Real, ha sido trágico, sin embargo se pudo haber tenido peores consecuencias.
Un ejemplo de esto es el caso de la pequeña Dayanna, quien se salvó por un milagro. La niña de 10 años veía su teléfono en una de las esquinas de la cama, mientras estaba acostada, cuando sucedió el impacto.
El punto en el que pegó la aeronave no permitió que grandes pedazos de concreto del techo la hirieran de muerte, ni tampoco que se extendiera a la casa de dos plantas que justo está a un costado.
La tragedia pudo haber sido peor, están convencidos quienes viven el sector. “No fue así gracias a Dios”, dice Jovana Bojórquez, quien vive a unos 20 metros del accidente.
La aeronave cayó en el cuarto donde estaba la niña, derribando el techo de 15 centímetros, una de las paredes que da a la sala, pero no en el área del clóset de concreto, que resistió el fuerte impacto de la aeronave Cessna.
Escombros de las áreas afectadas
El estruendo fue fuerte y seco, como narran a ReflectoresMX, vecinos que estaban en sus casas cuando vino el accidente.
Jimena, vive frente a la vivienda. Narra que pensó que eran balazos cuando escuchó una explosión, segundos antes de estrellarse la aeronave. Era la cola del avión que cortaba los cables de energía que pasan por la zona.
Parte del testimonio de Jimena.
Tras el impacto vino el estruendo y los gritos inmediatamente. Cuando la joven vecina salió de su casa, el escenario era trágico. Vio saliendo por su propio pie a la señora Yanahui, quien presentaba golpes en la cabeza y pedía le ayudarán a sacar a su pequeña Dayanna.
A la más pequeña, Ivana de dos, la traía en brazos.“Grito pidiendo auxilio”, narra.
“Creíamos que eran balazos, pensamos que estaba pasando algo, por los truenos. Vimos lumbre cuando venía cayendo el avión. Había una fiesta en el lugar y muchos hombres salieron a rescatar a la niña”, contó Jimena.
Su instinto fue ir por su auto que estaba en la parte trasera de su casa. Sin darse cuenta que su unidad había sido dañada de los cristales al caerle un pedazo de cola, entonces se llevó a la señora y a las niñas, quienes en el camino fueron encontradas por una ambulancia.
“Ella (Dayanna) dice que estaba viendo su celular, que estaba viendo Facebook. Dijo que de una se la había caído el techo. Quedó prácticamente ilesa, quedó protegida entre el clóset”, reveló Jimena.
En el caso de Jovana Bojórquez, quien vive a unos 20 metros de lo sucedido, no recuerda haber vivido algo igual. “Pensé que era un helicóptero. De pronto vi una sombra de la avioneta, y después escuché que se había estrellado; un ruido como un choque de un carro, pero muy fuerte».
“A los segundos escuché cuando la señora empezó a gritar: ¡Auxilio, auxilio!. Hasta que la vi salir”, recordó.
Justo detrás del accidente está la casa de la señora Guadalupe Garibaldi. Un pedazo de concreto de 30 centímetros que salió expulsado, golpeó la casa de esta vecina, mientras otras rocas dañaron un minisplit de su casa.
Relato de la señora Guadalupe.
Glenda García, vive justo a un lado del impacto. No estaba. Estaba laborando y se había llevado a su bebé. Se enteró hasta que su hermano de Mazatlán le mandó un video que estaba circulando en las redes sociales. Ahí salía su calle y su casa a un lado.
A pesar de que no se aprecian daños materiales en su vivienda, Glenda pedirá un dictamen para en caso de requerir, exigir el pago de seguro.
Con información obtenida, las niñas y su madre evolucionaron rápido a los pequeños golpes, por lo que han sido dadas de alta del hospital público donde habían ingresado.