El Gobierno de Colombia culpó a los cárteles de droga mexicanos de aumentar el ingreso de armas y la violencia en el país que durante décadas acecha a su población.
Las autoridades colombianas señalan que los grupos delictivos intercambian armas estadounidenses y de otros país por cocaína, por lo que ha aumentado el número de ametralladoras, fusiles de asalto y pistolas semiautomáticas en Colombia.
Entre la evidencia se encuentra la confiscación de estas armas a los cárteles de la droga que operan en el país.
Aunque la DEA estadounidense y las autoridades mexicanas no han respondido a estas acusaciones, el Gobierno de Colombia teoriza que pueden ser importadas a través de las mismas rutas de embarque de cocaína.
Colombia señala que las armas podrían ser suministradas por el Cártel de Sinaloa, los Zetas y Jalisco Nueva Generación, quienes presuntamente cuentan con emisarios en territorio colombiano.
Se cree que esto ha venido en aumento durante los últimos tres años con la finalidad de evitar el uso de efectivo.
Durante este mismo periodo, más de 55 ciudadanos mexicanos fueron capturados en Colombia acusados o procesados por narcotráfico, según el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
El actual mandatario colombiano, Iván Duque reconoce que la violencia también se debe a las guerrillas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), a disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las cuales tienen décadas en el país.