Durante los últimos años el uso del teléfono móvil ha ido creciendo de manera exponencial, especialmente tras la eclosión de los dispositivos inteligentes. Estos se han convertido en nuestros compañeros de bolsillo (y de vida) que nos acompañan allá donde vayamos.
Sin embargo, un uso excesivo y no racional puede ocasionar problemas de dependencia, adicción y miedo.
La nomofobia (non-mobile-phone-phobia) puede entenderse como un miedo o ansiedad extrema de carácter irracional que se origina cuando la persona permanece durante un período de tiempo sin poder usar su teléfono móvil.
Bien por no tenerlo al alcance o bien por haber agotado la batería, plan de datos o imposibilidad de conectarse a una red wifi.
¿Cuáles son las causas?
En la actualidad, la hipótesis más extendida para analizar este problema propone que el miedo puede ocurrir por cuatro factores principales: imposibilidad para comunicarse con otros, pérdida de conexión, incapacidad de acceder a la información y renuncia a la comodidad.
A modo de ejemplo, un comportamiento nomofóbico sería el de una persona que se ha olvidado su teléfono en casa al salir a la calle y, al darse cuenta, comienza a agobiarse, sentir miedo o paralización.
Si la razón es que no puede comunicarse instantáneamente con otros o no saber si alguien está intentando comunicarse con él o ella, deberá analizar si se trata de un comportamiento relacionado con la nomofobia.
También puede ocurrir por no poder consultar al instante las distintas notificaciones que envían a través de aplicaciones que tenemos instaladas en el dispositivo.
A diferencia de la dependencia, la nomofobia puede concebirse como un miedo más extremo que termina por entorpecer y dificultar la vida diaria de la persona, especialmente cuando no puede hacer uso instantáneo del móvil.
Existen varios estudios que muestran que un porcentaje significativo de personas procedentes de diferentes colectivos (estudiantes de distintas etapas educativas preuniversitarias, magisterio, enfermería, médicos, etc.) padecen este problema.
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En una revisión de estudios reciente se muestra que la nomofobia afecta negativamente a la personalidad del individuo, la autoestima, la ansiedad, el estrés y el rendimiento académico.
Además, puede generar otros problemas de salud física y mental.
Hay varias variables que pueden ser predictoras de nomofobia y que se han utilizado en este reciente estudio.
Entre ellas destacan la sensibilidad interpersonal, el comportamiento obsesivo compulsivo y la cantidad de horas diarias dedicadas a usar el teléfono móvil.
(Con información de BBC News)