Culiacán.- Aunque la menor procedió a presentar una denuncia por violación sexual ante el Ministerio Público y que la Fiscalía General del Estado emitiera el oficio para que se le interrumpiera de manera legal el embarazo, los médicos del Hospital de la Mujer se han rehusado a cumplir con dicha orden.
De acuerdo con integrantes de la Red de Víctimas de Violencia y Acompañamiento, desde que la menor de 16 años se percató que estaba embarazada pidió que se le practicara un aborto conforme a lo que establece la norma 046, la cual hace referencia a la violencia, sexual y contra las mujeres, pues su embarazo era producto de una violación.
Desde el momento que hizo la solicitud y se ingresó a la joven al área de urgencias del Hospital de la Mujer el lunes 10 de diciembre, se advierte que fue víctima de hostigamiento, acoso y agresiones, por parte de diversas instituciones. Entre estas se encuentran la organización Vifac y el personal del Hospital de la Mujer.
Además, de que se le negó la alimentación y se le mantuvo sentada en una silla en el área de Urgencias. Incluso, se le advirtió que no procedería al aborto puesto que se excedía de los tiempos.
“Ella (la joven) siempre estuvo en el dicho de que no quería continuar con el embarazo, y personal de medicina legal acudieron con ella al Hospital de la Mujer; sin la presencia de un tutor empezaron a hablar con ella para cuestionarla y poner en tela de juicio su versión. Le dicen que si aborta es mala madre; nunca se le trata en su calidad de víctima. Acude personal de Vifac a amedrentarla, a decirle que tiene la opción de dar en adopción; va gente del Ministerio Público y le dicen que si aborta podría ir a la cárcel por ese delito cuando cumpla la mayoría de edad”, expuso Natalia Reyes, vocera del colectivo mujeres activas sinaloenses.
Por su parte Priscila Salas, del colectivo No se metan con nuestras hijas, añadió que por parte del personal del DIF estatal hubo un acercamiento con la menor para convencerla de tener al bebé con el argumento de que ya tenían una familia dispuesta a adoptarlo y que de abortar sería castigada por Dios.
Ante los abusos y maltratos, la familia de la menor decidió solicitar el alta voluntaria para llevarla a su hogar.