Ciudad de México.- Hordas de jóvenes se adueñaron ayer del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde no se escuchó el rugir de motores.

Esta vez, el ruido vino de los riffs de guitarras, los bombos y platillos de las baterías, los golpes de los bajos y hasta las secuencias de los samplers y cajas de ritmos.

Una vez más el Corona Capital convocó a miles de melómanos, que gozaron con la presentación de más de 20 grupos de rock y pop, y los sonidos circundantes de estos géneros.

Se montaron cuatro escenarios en los que las bandas emanaron fuerte dosis sonora que dejó intoxicados a los escuchas.

Desde las dos de la tarde (y hasta la una de la madrugada) los gustosos de la música actual pudieron degustar de las descargas de Clairo, Youngblod, Pond, Pale Waves, Borns, Sparks, Now Now, Quinn XCII, Atlas Genius… nombres conocidos para la generacion milenial, que nado en mares de libertad.

De un proscenio a otro, las tribus, enchufadas en modo catarsis, fluyeron con pop acústica a máxima intensidad.

Fue la apropiación de un espacio en el que el aburrimiento estaba prohibido.

Buena música, cerveza, comida y hasta juegos interactivos (que para eso, las marcas saben cómo convocar), pero sobre todo, la liberación de un espíritu indómito a través de la expresión del sonido.

El colectivo, mutado en ente, jugó, gritó, fumó, tomó, pero mas aún, vivió la experiencia de la música en vivo, que da orgánica vitalidad.

En el Corona se puede hacer de todo, hasta soñar que se está en otro lugar, como en Glastonbury (en Inglaterra) o Coachella (Estados Unidos), con sus respetables distancias.

Acá es Chilangolandia, donde también se da la oportunidad de ataviarse con la ropa de tendencia, o para lucir el cuerpo que tanto ha costado en el gimnasio.

Los sellos comerciales de todo tipo lo usan de escaparate. Es lo de hoy —argumentan — el relacionar la cultura, en este caso la musical, con lo comercial. Eso destaca en este festival, que prepondera la exhibición y hasta el bluff, pero también ofrece el noble alimento espiritual de buena música, que lo avasalla todo.

Acá se vale correr, gritar y hasta empujar… Es ludoteca juvenil para levitar para vivir los mejores estados de cuando la piel es joven aún.

Para ello se encargaron creadores como Panic at the Disco, The Jesus and Mary Chain, The Kooks, Bastille, Shannon and the Clams, Petit Buiscuit, entre otros, pero sobre todo, las cabezas del cartel de este sábado como The Chemical Brothers, Lorde y Robbie Williams, los cuales cerrarían la jornada entre la común histeria colectiva.

Un día más del Corona, que se corona en la electricidad, y que este domingo promete más droga sonora, la cual no necesita legalización.

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