El próximo 10 de abril se cumplirán 89 años, cuando aquel día al amanecer el General Lázaro Cárdenas, presidente de la República, sacó de su casa al general Plutarco Elías Calles, posteriormente, lo llevó al aeropuerto y lo subió a un avión para enviarlo al exilio en los Estados Unidos.
16 meses 9 días tardó el general Lázaro Cárdenas en asestar ese golpe al “maximato” que había construido el general Plutarco Elías Calles quien se había convertido después de la revolución mexicana en el jefe máximo luego del asesinato del General Álvaro Obregón en julio de 1928, periodo en el cual estuvo imponiendo cuatro presidentes de la República incluido al general Lázaro Cárdenas.
Sí, fueron 16 largos meses de coexistencia entre el jefe máximo y el presidente de la República, por lo que algo se empieza a configurar con la presidencia de Claudia Sheinbaum y será el tiempo en que tarde en romper con el expresidente López Obrador.
Dos golpes más fuertes se cruzaron la semana pasada entre la presidenta y el expresidente, como fueron primero la rebelión de los legisladores de Morena ante la presidenta al enviar hasta el 2030 la aplicación de la legislación sobre nepotismo, el contragolpe fue la entrega de “los 29” al gobierno de Estados Unidos de parte de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ya antes el día 5 de febrero, aniversario de la Constitución, la presidenta Sheinbaum había dado un paso al frente cuando anunció la recuperación del principio maderista de “no reelección”, que prácticamente venían eliminando de todos los cargos públicos, y que amenazaba a que también en la presidencia de la República hubiera reelección como la había apuntado el obradorismo con su 4t encaminado a la autocracia.
Esa profunda diferencia entre la presidenta y el expresidente no son cosas pequeñas ni fortuitas, son diferencias que denotan la intención de un cambio de rumbo a la 4T en manos de Sheinbaum, incluso ya alcanzó a la élite de Morena, cuando Luisa María Alcalde, la presidenta de ese partido, anunció la reforma de los estatutos de Morena para que la no reelección se estableciera como un principio y darle vía legal a lo planteado por la presidenta y rechazado por los legisladores de la 4T.
Sin duda los tiempos políticos modernos no son los de hace casi 100 años y que no será tanto tiempo para que la fractura entre AMLO y la presidenta se materialice, quizás sin los extremos de Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles, o quizá pueda que resulta peores si se llega al punto que algunos pronostican cómo es que el gobierno de Estados Unidos acuse y solicite su entrega.
Yo considero esa circunstancia muy remota por no decir imposible, pero vivimos tiempos de cambios radicales en el planeta que tampoco se puede descartar.
