Del pasado al presente, ¿Qué nos depara el futuro?

    Desde 1986 no ocurría una elección donde una fuerza política fuera de tal impacto electoral que arrollara a los demás como ahora Morena-PAS, con Rubén Rocha a la cabeza, lo han hecho.

    En aquel año, la competencia era entre Francisco Labastida del PRI, Manuel Clouthier del Rincón por el PAN y Rubén Rocha Moya por el MPS (Movimiento Popular Sinaloense), coalición constituida por el PSUM, PMT y Corriente Socialista, cuando fue el último candidato que arrasó con sus adversarios y tuvo el poder el gobierno que ahora tendrá Rubén Rocha.

    Han pasado 35 años desde aquel episodio y, durante este lapso, sin duda, los contrapesos que formaron el PAN y el PRD principalmente fueron útiles, pero también hay que decirlo, el gobierno de Labastida Ochoa fue un gobierno, en general, exitoso, en virtud de contar con un proyecto estructural de gobierno para Sinaloa, como el que desarrolló el mochiteco.

    En primer lugar, se inscribió en el proyecto mundial de “La Cuenca del Pacífico” que pretendía la creación de una zona económica maquiladora para integrarse al centro y oeste norteamericano, principalmente con el desplazamiento del centro financiero de Hong Kong, cuando este perdiera su estatus prácticamente de colonia inglesa y se reintegrara a China comunista a fines del siglo XX.

    Aunque este proyecto internacional fue derrotado por el TLC y todo el capital inglés y chino nacionalista se tuvo que replegar, el gobierno de Francisco Labastida creó infraestructura vital para el desarrollo sinaloense, como lo fue la “Zona Dorada” de Mazatlán, la “Maxipista”, el proyecto “Tres Ríos” en Culiacán, la reconstrucción del puerto de Topolobampo, las maquiladoras que entonces se crearon en el municipio de Ahome y reconocer que se inició la acuicultura.

    Todo esto, junto con el programa cultural más grande que se tenga memoria, logró cambiar el rostro de Sinaloa y significó un salto del estado en el que influyó mucho aquel gobierno.

    Es cierto que Francisco Labastida tuvo todo el poder sin contrapesos, pero tuvo ideas, proyectos, equipo y apoyo central del gobierno de México ¿Qué tanto será posible repetir aquella historia 35 años después con Rubén Rocha de gobernador y sin contrapesos políticos?

    Yo creo que sí es factible, y para ello será vital, como entonces, dotarse de un programa de gobierno estructural, que vaya a la gestión y realización de proyectos detonadores y con perspectiva de largo plazo, donde obviamente deberá estar el gas como ancla energética para enclaves industriales, considerando que los estados fronterizos tenderán a saturarse en la industria manufacturera como complemento de la industria norteamericana.

    Otro tema que deberá explorar será la producción energética, eólica y solar, por las grandes extensiones de superficies planas, altas temperaturas y túneles de aire en la atmósfera. Y un tercer aspecto será estudiar el sector agropecuario y pesquero para que, de manera elevar su productividad, calidad y competitividad, específicamente para la exportación.

    Sin duda, se puede hablar de muchas cosas, como seguramente se hará en el programa de foros de consulta al que ya está convocando el gobernador electo, donde seguramente concurrirán muchísimos sinaloenses a exponer ideas y ojalá sean escuchados.

    El nuevo gobierno sinaloense necesitará mucho apoyo del gobierno federal y bien saben, quienes conocen a AMLO, que solo apoya cuando se le convence y le gustan los proyectos, por lo que habrá que ser muy creativos y convincentes. Por eso es importante recordar que trabajar, y trabajar mucho por nuestro pueblo, también es un contrapeso, no solo los políticos cuentan.

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