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    Leonel Aguirre foto destacada FB

    Qué bueno que muchos mexicanos aún recordaremos y conmemoremos cada dos de octubre, todo en el entorno en que se dio este movimiento estudiantil, particularmente el cúmulo de ideas de cambios y reivindicaciones sociales que se expresaba.

    El mundo entero estaba en convulsión. El movimiento estudiantil iniciado en mayo de 1968 en Francia fue un precedente importante, pero sin lugar a dudas muchos ideales que fueron elementos subjetivos de nuestra revolución, particularmente el reparto agrario y las mejoras de las condiciones laborales aún eran temas pendientes, pero sobre todo el impulso por la apertura democrática de  nuestro país fue un tema central.

    Si por ahí algunos críticos y opositores al justo movimiento estudiantil del 68 quisieron manchar la imagen del movimiento y deslegitimarlo vistiéndolo con la idea de intentar imponer un sistema comunista en México, ello no les funcionó y si esa idea del comunismo hubiera sido la bandera principal del movimiento, que no lo era, que de malo hubiera tenido si esa siempre ha sido la idea principal de los comunistas, ya antes se tenía el registro público y oficial con esos ideas del partido comunista mexicano. Lo que no fue válido, ni se debe perdonar es la estrategia usada para reprimir a los manifestantes de manera brutal y en una forma desproporcionada.

    Las imágenes imborrables de los cuerpos inermes, el número de desaparecidos y detenidos nos dan una muestra de lo que fue capaz un gobierno intolerante y opresor.

    En México de hoy les debemos mucho a esos estudiantes, a los obreros, maestros, médicos entre otros ciudadanos que con sus sacrificios, perdida de libertad y agresiones a su integridad física aportaron su ideal y esfuerzo para cambios importantes en el país. Por ello no deben permitir que nuestras memorias se den el lujo de olvidar.

    Lo que desde mi punto de vista no es aceptable es el hecho de que en las expresiones relativas a la conmemoración del movimiento estudiantil del 68, puntualmente las marchas de la ciudad de México se realicen actos vandálicos  que mucho afectan la imagen de esas manifestaciones.

    Sé que el derecho humano a manifestarse y a expresarse es un derecho sagrado, pero también hay límites, el derecho al respecto de los demás, a no afectar el patrimonio y sobre todo el patrimonio histórico no se puede tolerar. Creo que la autoridad efectivamente no tiene el derecho de reprimir una manifestación pacífica, pero cuando dentro de la misma algunos participantes, ya sean provocadores o llámense como se llamen realizan actos a todas luces reprobables, la autoridad tiene la obligación de actuar legalmente hablando.

    Si algunos participantes se autodenominan anarquistas, hay que sugerirles que primero lean y analicen la propuesta ideológica de lo que significa la anarquía como propuesta de llegar a un punto histórico en donde la sociedad esté tan organizada, tan consiente de su responsabilidad comunitaria de tal manera que ya no se necesite al poder público. Fuera de ello los eventos conmemorativos en muchas ciudades de la república tienen destellos de nostalgia por aquel movimiento, inicialmente romántico de los jóvenes del movimiento del 68 y que tuvo un final trágico. Muchos aún estamos en deuda y creo que podemos hacer más para cambiar este país que tanto amamos.

    ¡Viva el movimiento estudiantil de 1968!

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