A Martín Ahumada Quintero, presidente municipal de Guasave, le pasa como a aquel que recorre su pueblo en busca de sus grandezas y se encuentra que todo está en la miseria, casi en ruinas y que por una obra que empieza a realizar le brotan más, como si los gobiernos anteriores hubiesen vivido tejiendo sueños, otros de juerga en juerga gastando el erario, y los peores saqueando las arcas municipales.
En Guasave, como seguramente en otros municipios (como Ahome), existen obras públicas que se construyeron hace ya diez años, como la planta potabilizadora, y es hora de que no entra a funcionar cabal y eficazmente.
Ese puede ser el monumento más grande a la ineficiencia, pero el que le gana en la corrupción (y no lo digo por las aguas negras), es el dren San Joachin, que debió ser construido dos veces el colector general, tanto como el contrato sobre la basura que se pretendió heredar con la empresa K- Partner.
Todo ha obligado a realizar las cosas de la forma más simple: Con las manos. Al principio de noviembre solo había cuatro camiones recolectores de basura y ya se han reparado diez más, lo que obligó a echar mano de batangas y camionetas con trabajadores de otros departamentos, pero poco a poco han empezado a regularizar el servicio, mientras se decide si se hace un sistema propio o se sigue rentando.
Lo más vulgar y que habla absolutamente de un boicot al funcionamiento del ayuntamiento de Guasave, es la localización de 20 costales de tierra en la parte sur del drenaje de la ciudad que afectaba las colonias Tierra y Libertad, 17 de Mayo, Renato Vega y Jardines del Valle.
El trabajo es intenso y con maquinaria pesada se despliega el desazolve de arroyos y canales, con un enorme apoyo social con equipos y trabajadores.
Trabajar desde que amanece hasta que oscurece, el Dr. Martín Ahumada no se la acaba, porque dice que donde hacen algo la gente pide más, y es normal.
Espera que en enero las cosas se normalicen, cuando los apoyos estatales y federales empiecen a fluir, al mismo tiempo que el predial urbano fluirá estos días, sin descartar solicitar algún crédito a corto plazo.
Más aún que Guasave es el más grande receptor de predial rústico, que ronda los 70 millones de pesos cada año, que con eso puede comprometer desde ahora el trabajo de las sindicaturas.
Buenos, después de la faena de Quirino Ordaz, nadie pensó que sería fácil tomar las riendas de cualquier municipio y en automático gobernarlo. Suerte para los guasavenses.