El corcel de la sucesión

    Foto destacada López Duarte

    Como todo mundo ha declarado a diestra y siniestra que aspira a ser candidato a gobernador, y a algunos sin deberla ni temerla los incluyen, al rato la lista será interminable y cualquier “hijo de perico” estará en la fila luego de que lo vieran comiendo con alguien en algún lugar.

    La fiebre de la sucesión gubernamental se ha desatado, y peor aun cuando no hay nada que ate a nadie después de la debacle del PRI el 2018 y el ascenso de MORENA, a quien muchos ven con apetitos insanos siempre y cuando, según estos actores, los aproxime a AMLO, el factótum de ese partido, tengan o no méritos propios y aptitudes reconocidas.

    Es cierto que estamos en temporada de maratones y la tropelada de políticos se le asemeja, no solo por el número para aspirar a ser candidato  a gobernador, sino de cualquier posición, empezando por una regiduría, pero además habrá más de diez partidos políticos en la contienda que deberán, por necesidad, tener sus propios candidatos cada uno.

    Los movimientos por sí mismos no son malos, porque entrañan un despertar cívico que busca notoriedad, pero es obvio que el centro de todo es Morena, tanto para disminuirla como para acomodarse en su lista, escenario que favorece a Morena y debilita al PAN y al PRI, precisamente porque ningún partido puede realizar dichos movimientos.

    Puede que suene a un contrasentido lo antes comentado, después de observar el activismo de Gerardo Vargas Landeros y Aarón Irízar López en particular, de lo que pienso es complementariedad y oportunidad del boom mediático que provocó la lona “Anímate Chuy”, en clara alusión a Jesús Vizcarra Calderón, lona que catalizó el ambiente político y puso todo a discusión, como queriendo quizá descarrilar a Rubén Rocha.

    Intento que sería el tercero después de la guerra política al seno de los diputados y el trato a Morena por parte del gobernador y luego de nuevo volver a cargar las baterías de muchos comentaristas en contra del senador a quienes aplacó con el encuentro con Quirino Ordaz en Badiraguato, hoy vuelven quizá más con la pretensión de “revolver el agua” y desplazarlo del centro de los debates y bajando en las preferencias electorales.

    Lo cierto es que desde inicios del gobierno federal de Morena en diciembre del 2018, la batalla empezó y fueron notorios los escarceos y choques que ya hemos señalado en otras ocasiones, pero que siempre ha tenido el propósito de frenar a Morena y Rubén Rocha, por lo que no sería extraño este fuera otro episodio más de esa película.

    Aunque parezca fácil, no es tan sencillo involucrarse en este proceso y si algunos se han montado en el corcel de la sucesión, no descartamos muy pronto los tropiezos y caídas, por lo que muchos observadores deber ver con cuidado lo que ocurre y no creer en nada aún.

    El tiempo irá indicando.

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