Dicen que hacerle caso a un tonto, o a una tontera, es engrandecerlo, como también que no hay nadie que no haya caído en esas patrañas, como viene sucediendo entre el presidente municipal, Jesús Estrada Ferreiro, el gobernador, Rubén Rocha, y algunos diputados, como si no hubiera argumentos suficientes para una discusión civilizada sin epítetos ni descalificaciones, mucho menos con acusaciones absurdas que advierten de culpables sobre lo que les pueda suceder.
Algo verdaderamente sencillo de conciliar, más cuando se trata de pesos y centavos, y como escribió mi tío Gilberto, se pueden arreglar “con sumas, restas y algunos descuentos”, sorprendentemente ha escalado y truena en el ambiente social como un pleito entre nuestras autoridades, pleito que no tiene ningún sentido.
Pleito que me recuerda aquel viejo corrido de “Don Valente Quintero”, cuya letra habla de razones sin sentido y que lo que prevalecía era el machismo de los actores que los llevó a la muerte a ambos: Don Valente y Martín Elenes.
Si el conflicto ente nuestras autoridades no tiene la sustancia para tanto escándalo, y mucho menos con la división social y política que se profundiza cada día que pasa, escalando en la controversia donde las diferencias se colocan por encima de los problemas de la sociedad y ese es el absurdo más grande.
Sí, es un gran absurdo nacional, como es un gran absurdo lo que está haciendo Jesús Estrada Ferreiro y no haya quién serene el pleito, como si no hubiera soluciones de conciliación.
Yo soy de la idea que al presidente municipal de Culiacán hay que ayudarle con su gobierno. La gente votó porque siguiera, y aunque no nos parezca lo que hace, ayudémosle con la crítica de que no está bien el camino que ha tomado, que existen otros y al gobierno estatal, como al congreso, que se debe buscar un acuerdo entre todos y no atizar al pleito.
En Culiacán hay mucho trabajo para el presidente municipal y el gobernador, tantos que ameritan una mesa de trabajo permanente para satisfacer a la tercera parte de la población de Sinaloa.
Más aún cuando existen proyectos en común, trascendentales como el METROBUS de Culiacán, y toda la infraestructura que implica, la pandemia que no cesa en Culiacán, representando el foco de la misma en Sinaloa, el dren de Valle Alto que es vital se concluya antes de junio, no se diga el de la basura y la movilidad urbana, por señalar algunos casos.
Por eso, cuando vemos dislates como este abierto “debate” entre nuestras autoridades, es necesario cuestionar qué “no se vale” y requerimos que se empleen en lo esencial de la sociedad. Para eso los nombró la gente.