El golpe económico puede ser brutal

    Perder la autonomía, significa quedar en manos de los políticos y el gobierno, no de un estado de derecho que establece el “piso parejo”.

    A toda la familia Vizcarra Calderón un abrazo solidario ante el fallecimiento de la madre y abuela, la Sra. María Calderón DEP

    No sabemos aún las consecuencias que ha desatado la reforma al poder judicial, que en un caso extremo puede llegar hasta la ruptura del bloque económico que han construido México, Estados Unidos y Canadá, sintetizado en el T-MEC, bloque de América del norte, el bloque económico más grande del mundo y que se ha desarrollado en los últimos 40 años.

    Si, esa puede ser la consecuencia final del diferendo que ha abierto el gobierno mexicano, AMLO y la 4T, que tiene varias aristas y aduanas que cruzar, lo que augura una turbulencia para el país los próximos meses y años, cuya salida es impredecible, pero si podemos afirmar que será muy negativa para México.

    Un colofón de ese tamaño significaría una quiebra para el país y que nadie piensa que se puede llegar a esos extremos, sin embargo, cuando se pone a rodar un proyecto político como lo está haciendo AMLO y la 4T, la mayoría de las veces resulta muy difícil retornar y si se llega a lograr ese retorno, aún así se pagan las consecuencias.

    El meollo de la reforma al poder judicial es desaparecer su autonomía, independencia y la salvaguarda del estado de derecho Mexicano; condiciones que le permiten a México abrir sus frentes y espacios al capital extranjero, a relaciones bilaterales y multilaterales, con otras naciones y construir alianzas estratégicas con acuerdos, convenios, tratados con los países que así convenga.

    Perder esa autonomía, significa quedar en manos de los políticos y el gobierno, no de un estado de derecho que establece el “piso parejo” para sus relaciones y juegos de intereses, cuestión que ni México admitiría para sí, en caso de que otros países quieran jugar unilateralmente con reglas que pueden administrar a su antojo o interés.

    Ya el panorama empieza a oscurecerse, con la subida del dólar, retiros o en el mejor de los casos suspensión de inversiones extranjeras y reiteradas llamadas de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá que difieren de dicha reforma al poder judicial.

    Pero no solo eso, también ya está cayendo el comercio internacional y las finanzas públicas se están deteriorando al extremo que el déficit fiscal que se calculaba seria del 3% del PIB para 2024, alcanzara el 6%.

    Esta situación del déficit fiscal ya llego, ya está aquí, cuando en los primeros seis meses del año casi llegó a los 900 mil millones de pesos y puede alcanzar para fines de año, la suma de 2 billones de pesos, condiciones en extremo difíciles l que implicarán un gran recorte del gasto público y que la cuerda se romperá por la parte más delgada: estados y municipios.

    México tiene mecanismos presupuestales para afrontar estas contingencias financieras como contratar deuda extranjera por ejemplo, pero lo que nos ocurre por nuestro manejo financiero equivocado, se puede multiplicar en la medida que escale el conflicto con Estados Unidos y Canadá, por que así como pueden ayudar, también pueden obstaculizar y complicar el escenario.

    ¿Qué nos parecería una salida masiva de capital extranjero del país? Pues implicaría una devaluación del mercado del tamaño de la fuga y su impacto sería devastador.

    ¿Se alteraría la dinámica económica de México? Por supuesto que si, simplemente considere usted que nuestro intercambio comercial EUA-México ronda los 900 mil millones de dólares , casi el 80% del intercambio total de México con el mundo; es cierto que EUA también sufrirá daños, ¿Quién puede resistir más?

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