No sé aún los resultados electorales de Estados Unidos de ayer martes, pero sea cual sea a partir de hoy Estados Unidos se avocará cien por ciento a atender sus asuntos en el mundo, volviendo sus ojos en primer término a la invasión de Rusia a Ucrania para redefinir su estrategia global, y específicamente México, como ya lo adelantó la secretaria de comercio de nuestro país vecino, Katherine Tai, habrá que definirse la controversia que sostienen con México sobre energía eléctrica, y han agregado el caso del maíz transgénico que México ha vetado su importación, lo que pude producir una catástrofe económica para México con el enojo de Estados Unidos por el trato preferente en México a la CFE y PEMEX, que rompe las reglas del T-MEC.
Desde hace ya casi 4 meses, el diálogo sobre este tema ha sido terso buscando algún acuerdo de Estados Unidos y México, con el ánimo de llevar la fiesta en paz y no entrar en conflictos mayores. Sin embargo, no hay hasta ahora ningún informe que lo indique y los plazos del T-MEC ya se agotaron, por lo que es muy probable que las relaciones se tensen, ya no se le dé a México más espacio y los paneles de controversia se abran con un alto porcentaje de que México los pierda.
Si eso ocurre, como parece ser, los costos para México serán muy altos, tanto que se calcula que la reparación del daño que reclamará Estados Unidos es de 30 mil millones de dólares, que se cargarán a los productores mexicanos que exportan a Estados Unidos y seguro que no se meterán un autogol sancionando a sus socios mexicanos manufactureros, sino a los exportadores agropecuarios y los alimentos en general, es decir, la producción primaria, que le pegará a los estados más productivos en alimentos, como Sinaloa.
Por la forma en que han ocurrido las cosas y el presidente López Obrador se ha pasado de la raya sobrecalentando la relación con Estados Unidos con su nacionalismo trasnochado, que elevará las tensiones en la sociedad mexicana y con ello la división del país.
Todo esto es un periplo que ha recorrido el gobierno de la 4T en una confrontación con Estados Unidos que apunta a una derrota para México, que aún es difícil imaginar sus resultados y consecuencias, pero lo cierto es que México perderá este litigio con Estados Unidos y Canadá, que significará un retroceso para México con un daño a su economía y unidad social.
No sé hasta qué punto en un futuro inmediato, los próximos tres meses quizás, el gobierno de AMLO recapacite y busque una salida que evite esta caída, o por lo menos no sea tan dolorosa. Todo es posible, lo que no se sabe es si AMLO quiera.