¿En este invierno terminará por fin la pandemia?

    Imagen ilustrativa,

    Muy probablemente, a la salida del presente invierno, por allá a fines de marzo se estará decretando por la OMS y los principales países del mundo el fin de la pandemia del COVID, que azotó a la humanidad durante tres larguísimos años, cuando vivimos en el “filo de la navaja” y fallecieron casi 7 millones de personas en el mundo, volveremos a ver la luz de salida de ese túnel que tanto sufrimiento nos provocó y donde afloró lo sublime y lo ridículo de la condición humana, donde lo más brillante de todo fue el éxito de la ciencia que en tan solo diez meses encontró una vacuna, dando fin prácticamente a la peor tragedia del siglo XXI hasta hoy.

    Los científicos, médicos, enfermeros y todos los trabajadores de la salud fueron el ejército que libró esta batalla y son quienes merecen todo nuestro reconocimiento, admiración y gratitud por su enorme esfuerzo y sacrificio por la humanidad.

    Aquí en México las cifras oficiales hablan de casi 350 mil muertos, mientras que buena parte de la comunidad científica habla de alrededor de 700 mil muertes y donde también son los científicos, médicos, enfermeros y todo el conjunto de trabajadores de la salud quienes han dado la pelea y obtenido el triunfo contra el virus, con enormes sacrificios de vidas que merecen el reconocimiento de todos.

    Pero también habrá que decir que en medio de todo este heroísmo, también se dieron expresiones de absoluta estolidez y pragmatismo político de gobierno de países de carácter populista, que significó una gran irresponsabilidad que provocó que el número de muertes fuera superior al que se habría dado si las políticas antipandemia se hubieran aplicado correctamente.

    Empezando todo con la polémica sobre el uso del cubrebocas, la vía de transmisión del virus, las condiciones de higiene, el manejo de los enfermos, así como los tabúes y fetiches que desde el oscurantismo se les promovió con múltiples remedios y hasta milagros, cuando la ciencia siempre advirtió que la vacuna sería el antídoto.

    En México el presidente López Obrador resultó ejemplo de esa charlatanería con sus imágenes, su “detente” y su resistencia al cubrebocas.

    La frivolidad con la que abordaron el problema con pronósticos pseudocientíficos y lo más dañino resultó la falta de apoyo para la comunidad científica y el sistema de salud mexicano, que requería de los mejores expertos, como los que ya habían lidiado con la pandemia del 2009, a quienes ni siquiera se les convocó para alguna asesoría a las autoridades sanitarias.

    Sí, la frivolidad y el cretinismo del gobierno mexicano, particularmente del presidente López Obrador, son parte del funesto resultado que lloran cientos de miles de hogares mexicanos.

    Ojalá y más pronto que tarde se realice un balance por esa comunidad científica sobre las acciones y las responsabilidades de los políticos, concretamente el gobierno federal, por mientras que no se de la crítica a fondo y se señalen esas irresponsabilidades por los actores de ese ejército de la salud, los políticos, como el presidente López Obrador y el Dr. López Gatell, seguirán muy orondos como si hubieran salvado a la patria. De verdad, porque así se creen.

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