Es hora de que Vargas Landeros acabe con las inundaciones en Los Mochis

    Foto: La Jornada/Archivo.

    En nombre de nuestra familia, enviamos nuestre pésame a la amiga María de los Ángeles Moreno y toda su familia, por el fallecimiento de su hermana Rosario, rogando porque Vivian esté sana y salva. Descanse en paz.

    Ayer martes amanecimos en Culiacán con una noticia más de que Los Mochis se había inundado y, como siempre, sufrido todos sus habitantes los riesgos, daños e incomodidades que ya es hora de que el gobierno que encabeza Gerardo Vargas Landeros y el gerente de JAPAMA, licenciado Raúl Pérez, digan ¡Hasta aquí! y lancen un plan definitivo contra ese flagelo que ya el 2017 cobró dos víctimas, un niño y un trabajador del ayuntamiento.

    Ciertamente que es muy grande el problema, y que viene haciendo esfuerzos el ayuntamiento con el entubamiento del dren de la salida norte por la UAdeO, pero urge convertir este problema en demanda social y compromiso de todos.

    No puede Los Mochis seguir como hace 60 años, cuando se pavimentó y no se previó, o mejor dicho, el sistema de drenaje pluvial que construyeron resultó sumamente insuficiente.

    Viva tengo la imagen de 1960, cuando regresabamos de pizcar algodón de los campos del Yaqui, con nuestra madre, que el camión se varó dos días en la ciudad de Los Mochis porque los aguaceros no permitían la circulación para ningún lado, imagen que revive cada vez que nos llega una noticia de que Los Mochis se volvió a inundar.

    Creo que vale la pena retomar la experiencia de Culiacán en el gobierno de Sergio Torres, cuando acabó en su trienio con focos rojos que se encendían en la ciudad cada vez que llovía, provocandose inundaciones que provocaban caos insoportables para el tránsito y la seguridad de los habitantes.

    Sergio Torres se decidió y en dos años acabó con problemas de más de medio siglo y otros más recientes, pero que ni una ni otra fueron problemas cuando se tomó la decisión.

    Lo que parecía imposible, como era cruzar la avenida Aquiles Serdán en Culiacán cuando llovía, que hasta tres horas a veces había que esperar, o el caos de puntos neurálgicos que con una simple alcantarilla amplia y profunda se resolvieron los problemas.

    Fue encomiable ver al presidente municipal Gerardo Vargas agarrar la pala y meterse a la alcantarilla a recoger basura para desfogar los cauces, pero eso ya no es posible en nuestro tiempo, y en todo caso debe ser excepcional y no la regla.

    Qué bueno y ojalá que todos los funcionarios en todos lados tuvieran esa disposición, pero de lo que se trata al ser gobierno es buscar soluciones a los problemas y excepcionalmente realizar actos de voluntad como esas actitudes, por lo que ya no espera tomer medidas al respecto en Los Mochis y convertirse en la prioridad número uno.

    La trascendencia de los gobiernos son como la vida de los seres humanos, lo establecen sus hechos y no sus dichos. Este sería el caso, una acción trascendental.

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