Culiacán, Sinaloa.- Literalmente se ha convertido en “un gallinero”, la clínica Unidad de Medicina Familiar del ISSSTE del sector STASE, acusaron iracundos derechohabientes sobre el servicio que reciben en este lugar.
En los últimos años, esta unidad que atiende a todo el sector norponiente de la ciudad de Culiacán, ha sido rebasada por el número de pacientes que recibe todos los días, ‘obligando’ a muchos a llegar desde las 04:00 de la mañana.
Usuarios entrevistados por ReflectoresMX, quienes denuncian condiciones inhumanas, acusaron un espacio muy reducido para permanecer parados o sentados y los pocos médicos que hay para atender pacientes.
Las situaciones que describieron los inconformes son propias de una casa habitación adaptada a clínica y que por muchos años ha operado.
“Esta clínica se ha convertido en un verdadero gallinero, vea no’más como la gente se revuelve para alcanzar un turno”, acusa doña Claudia, quien permanece parada con muletas, esperando a sólo entregar su tarjeta, para saber si alcanzará turno o se tendrá que regresar a su casa.
Narra que llegó hace ocho horas buscando poder pasar con el médico, doctores que por cierto, sólo quedan dos para atender, porque uno ha sido retirado de la clínica.
Esta unidad médica es una casa que funge como clínica y está ubicada en el bulevar Diamante, casi esquina con Enrique Cabrera, en la colonia Stase Humaya
Como en la prehistoria.
Contrario a lo que sucede en otras clínicas como el IMSS, o el propio Hospital Manuel Cárdenas, en esta se han cancelado las citas por teléfono, ‘obligando’ a las personas, sean de la terca edad o que aún laboren, a acudir a quedarse parados por alcanzar turno.
“Por ejemplo yo trabajo. he venido tres días seguidos con mis hijos. Vine el jueves a las 4 de la mañana y no alcance ficha, al día siguiente vine y pasó lo mismo y hasta el tercer día alcance ficha, pero para la tarde”, describió Cristina.
Los pacientes exigieron al nuevo delegado del ISSSTE en Sinaloa, Marcial Silva Gómez, salir de sus oficinas refrigeradas y voltear a ver a estos lugares, que calificaron de pésima atención y capacidad para un trato digno a los pacientes.
“Por ejemplo el viernes pasado no vino el personal que recibe los carnets y la gente se tuvo que organizar. Esta clínica es un descontrol”, dice doña Esperanza, con quien platicamos mientras otra persona le aparta su lugar en la fila, toda vez que su condición de avanzada edad ya no le permite esperar parada.