La reciente visita del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú a Sinaloa, dejó cosas positivas. Mostró a un funcionario sencillo, sin ningún tipo de seguridad personal. Las personas se acercaron y tomaron la tradicional selfie en los dos eventos en Culiacán, y otros más le pidieron no olvidar a Sinaloa en el tema de recursos para obra. Pero no todo fue miel sobre hojuelas. Resulta que su discurso levantó comentarios. Llamó la atención especialmente a los colegios de ingenieros. Espriú habló de que a su llegada a esta dependencia, literalmente corrió a los jefes que no tenían una especialidad en ingeniería, pues no quería administradores de oficina. Por esa razón puso el 70 por ciento de los funcionarios con el perfil de ingenieros. Aquí es donde volvió a poner el dedo en la llaga. El propio gobernador Quirino Ordaz, quien acompañó al secretario a eventos, le reconoció ese logro y aquí fue donde ingenieros locales salieron al paso. Se preguntaron por qué Sinaloa no ha seguido el modelo federal, y en la Secretaría de Obras Públicas no hay un ingeniero y si un contador público, como lo es el caso de Osbaldo López Ángulo. Pero parece que esto se sigue repitiendo en áreas técnicas como ISIFE con Andrés Castro Rojo y Ceapas con Juan Ernesto Millán, donde también se tiene a un contador y un licenciado.
Grito en el cielo.
Es lo que pegaron una serie de constructores y hombres dedicados a la obra mediante un desplegado que fue publicado. En el documento firmante van incluidos los presidentes de CMIC, Canacintra, Coparmex, Canadevi, Canaco, colegios de ingenieros y arquitectos, y muchos otros, con el cual se buscó llegar a oídos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se acusa tajantemente al Gobierno de Sinaloa de cometer adjudicaciones de obra sin acatar la normatividad vigente del estado, no generando trabajo para la empresa local. En el desplegado que circuló ayer, los constructores exigieron un trato justo, por considerar que son parte de la empresa formal que genera trabajo y paga impuestos.
Nos dicen que este manifiesto público no ha gustado en nada al Gobierno del estado y les han mandado a decir a los quejosos, que si se van a quejar, cuenten la película completa. ¿Quién cree que dice la verdad?
Le ganó el desespero.
Llamó la atención la reciente declaración que volvió a hacer el fiscal general, Juan José Ríos Estavillo, en el sentido de los 100 millones que le debe el estado. Parece que el funcionario, en aras de no pelarse con el gobernador Quirino, ha sido renuente en levantar la voz de este problema, porque es conocido que el fiscal general es amigo del mandatario, tanto que vivieron juntos en la ciudad de México cuando estudiaron en la capital del país. Parece que en pro de este tema, Ríos Estavillo tendrá que seguirse apretando el cinturón y sorteando las necesidades que generan la falta de este dinero en las cuentas de este órgano con autonomía constitucional. ¿Cuánto más aguantará Ríos ese faltante? Ya lo sabremos.
¿Lucimiento?
Hoy continuará desarrollándose lo que es la Olimpiada Mexicana de Informática Sinaloa 2019. Este evento nacional se lleva desde este jueves en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Occidente. Puede ser bueno hacer estos eventos, aunque en realidad Sinaloa carece de estas especializaciones en los jóvenes que se gradúan de carreras técnicas. Resulta que el mismo secretario de Innovación gubernamental, José de Jesús Gálvez ha reconocido que no hay mucho interés en la juventud. Cuando habla de ciudades grandes, desde donde se tienen que traer a programadores, parece que ignora las condiciones salariales que tienen estos especialistas en programación en la empresa privada de Sinaloa. Los sueldos, nos dicen, son simplemente miserables. ¿Hacer el evento acaso sólo fue lucimiento del secretario?
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