Estancias (Guarderías) Infantiles

    José Antonio Penné Madrid.

    Las instituciones de asistencia infantil en México se fundaron en el siglo XIX. De las más importantes fueron la Casa de Asilo de la Infancia establecido en 1865 y más tarde El Asilo San Carlos, ambos fundados por la Emperatriz Carlota de Habsburgo, que proporcionaba cuidados temporales de alimentación y educación a los hijos de las madres trabajadoras. En 1887, Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa del General Porfirio Díaz, fundó la Casa Amiga de la Obrera y posteriormente, otras primeras damas inauguran unas más.

    En varios países en el mundo se han implementado programas de estancias de cuidado infantil para apoyar a madres trabajadoras y mejorar el bienestar de sus hijos. Entre la literatura, por ejemplo, están los casos de: Chile, Urzúa & Veramendi (2010); Brasil, Barros (2010); Canadá, Baker, Gruber, & Milligan (2008); países desarrollados, Baker et al. (2008); Colombia, Engle & Black (2007); Argentina, Berlinski & Galiani (2005).

    Por un lado, las estancias ofrecen a un número creciente de mujeres que participan o quieren participar en el mercado laboral alternativas para el cuidado de sus hijos pequeños mientras trabajan o estudian. Por otro lado, los programas que promueven una alimentación adecuada y estimulación temprana buscan tener un impacto positivo en el estado de salud, nutrición y desarrollo de los niños.

    Es por ello que se ha considerado que programas de cuidado infantil pueden aumentar la participación de los padres en el mercado de trabajo y los ingresos del hogar, y que también pueden beneficiar los resultados del niño, como la nutrición, la salud y el desarrollo.

    En México, el Programa de Estancias Infantiles (PEI), a cargo de SEDESOL (hoy Secretaría del Bienestar), busca contribuir a mejorar las condiciones de acceso y permanencia en el mercado laboral de las madres, padres solos y tutores que trabajan, buscan empleo o estudian, mediante el acceso a los servicios de cuidado y atención infantil, como un esquema de seguridad social.

    Entre los principales hallazgos derivados de la Evaluación de Impacto realizada por Ángeles, Gadsden, Galiani, Gertler, Herrera, Kariger y Seira (2011), se identificó que el PEI en México tiene efectos positivos en la situación laboral de la madre, y existe un aumento del 18% en la probabilidad de que éstas cuenten con un empleo.

    Asimismo, se identificó que menos del 0.05% de los beneficiarios reportaron usar servicios de guardería con anterioridad, esto implica que probablemente el PEI representa un nuevo espacio de cuidado infantil para las familias de bajos recursos, además, se identificaron efectos positivos del programa en cuestiones adicionales para los que fue creado, por ejemplo, en el empoderamiento de las madres.

    Por su parte, como resultado del seguimiento y supervisión del ejercicio de recursos y acciones implementadas, se obtuvo que el 93.9% de las personas beneficiarias consideran que el PEI contribuyó a mejorar su calidad de vida y la de sus hijos, ya que les brindó la posibilidad de contar con empleo, salud mental, salud física e ingresos monetarios, el 96.5% considera que la atención y cuidado de sus hijos en la Estancia Infantil ha tenido un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje, en el 96% de los casos han desarrollado habilidades sociales y un 97.5% han observado una mejora en el desarrollo motriz de sus hijos.

    Al cierre de la Cuenta Pública 2017, entre los indicadores de resultados sobresale que en promedio, gracias a las estancias infantiles (“guarderías”), las madres y padres beneficiarios cuentan con 34 horas a la semana para acceder al mercado laboral, permanecer en su empleo o, en su caso, estudiar.

    Existen dos poblaciones objetivo beneficiadas con el PEI: A). Padres a quienes se les busca dar estabilidad u oportunidad laboral y/o en sus estudios; B). Niños –de esos padres- que requieren cuidados especiales por su edad. Los objetivos del PEI en las poblaciones (A) y (B) no son excluyentes sino complementarios. De esta forma, la lógica del PEI es: niños bien cuidados, padres con más estabilidad y oportunidad laboral; padres más estables en sus trabajos (más ingresos en el hogar) y, por tanto, niños con una vida mejor (en términos de nutrición, salud y desarrollo).

    Ahora bien, ante supuestas irregularidades detectadas en las Estancias (Guarderías) Infantiles, el presidente López Obrador ha decidido no entregar recursos a intermediarios, sino en forma directa a los padres de los niños; ellos tomarán la decisión si el recurso lo entregan a los de las Estancias Infantiles o a un familiar (hermana, tía, abuelita) que se encargue del cuidado de los niños en mención.

    Al parecer, ahora, la posición del Gobierno es que al menos el mismo efecto (valor público) puede generar en el infante un programa de estancias (guarderías), que encargarle los hijos a una hermana, tía o abuelita. Como en la lógica de la microeconomía: se supone que los padres están plenamente informados sobre el nivel de satisfacción o desarrollo que produce en sus hijos tanto la Estancia o Guardería por la que podrían optar, como el desarrollo que vayan a lograr sus pequeños con el familiar al que hayan decidido encargarle el cuidado de sus hijos.

    Primero, se supone que la Estancia Infantil tiene una sola Misión que cumplir con el cuidado de los pequeños, en tanto el familiar que tendrá la custodia de los niños tiene múltiples misiones; segundo, se supone que la guardería tiene un programa diario, semanal, etcétera, que cumplir con objetivos claros para cada infante (lenguaje, habilidades sociales, motricidad, nutrición, salud, desarrollo, entre otros) y, en general, el familiar en referencia no está capacitado ni es un profesional en el diseño de programa alguno.

    En este sentido, una delicada decisión queda en manos de los padres de los infantes: optar por la Estancia Infantil, o encargar a un familiar los cuidados que debe tener su pequeño. Al fin, la estabilidad y tranquilidad de los padres está en el desarrollo de los pequeños, y viceversa. Los objetivos (bienestar para padres e hijos) son complementarios; en tanto que los instrumentos para cumplir con los objetivos son excluyentes (elijo la Estancia Infantil o el Familiar).

    Para el Gobierno Federal es relativamente más fácil tener un monitoreo y evaluación del impacto que están generando sobre el desarrollo de los niños, los recursos destinados a las Estancias Infantiles; en tanto que es más difícil el monitoreo y evaluación del desarrollo de los infantes en manos de cientos de familiares de todo el país.

    Las teorías del Programa, del Cambio y de la evaluación, son tres instrumentos esenciales que es preciso que el actual Gobierno Federal considere para una toma de decisiones con mayor pertinencia, más efectividad y menores costos económicos, sociales y políticos. Sus funciones principales son el aprendizaje de experiencias, la realimentación o mejora y la rendición de cuentas hacia fuentes financieras y a la opinión pública implicada en los programas de desarrollo.

    Mejorar la calidad del gasto público no es asunto menor, cuando lo que se debe buscar es llevar a cabo inversiones efectivas con mejores resultados de valor público, en términos de un mayor bienestar social y productivo.

    Desde esta perspectiva, resulta un boomerang peligroso y dispendioso modificar repentinamente el diseño de los programas (casos del manejo y/o transportación de hidrocarburos, de subsidios a la agricultura, de estancias o guarderías infantiles), sin antes haber realizado una evaluación seria, profesional. Para ello está el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Y si el diseño de los programas se modifica repentinamente porque existen indicios o riesgos de corrupción, para el análisis a conciencia del asunto está todo el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). En otras palabras, para decisiones más efectivas y menos costosas es preciso tomar en cuenta el andamiaje institucional del que se dispone.

    Ante ello, al Coneval se le podría encargar la revisión de las evaluaciones existentes a programas de estancias infantiles (en México y el mundo), o que llevara a cabo una evaluación de impacto al cuidado de los infantes comparando la efectividad de las Estancias Infantiles contra la efectividad de los familiares en este tema. Por otra parte, se le podría encargar al SNA una investigación a fondo sobre toda la cadena del proceso en el manejo de recursos del PEI y en qué eslabones del mismo se encuentran los visos o riesgos de corrupción (Técnica de Gestión de Riesgos de Corrupción o Mapa de Riesgos y protocolos anticorrupción).

    Finalmente, diría el clásico, esto no tiene racionalidad técnica sino racionalidad política: las Estancia Infantiles no votan en los procesos electorales, pero los padres con una mano recogen dinero público y deciden sobre el futuro de sus hijos mientras que, con la otra mano pueden elegir, frente a la urna, hacia dónde llevar la próxima justa electoral. Nada nuevo en la viña del Señor: la Política es un valioso instrumento para preservar el Poder. Se vale… Ante ello, debemos estar atentos.

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