Face App, una aplicación ha despertado una grande popularidad en los últimos días, ya que miles de personas han compartido a través de redes sociales imágenes de cómo se verían si envejecieran, incluso las celebridades no se quedaron atrás y qusieron averiguar los cambios que significan tener una edad avanzada.
Esta app te permite editar fotografías de tu celular, y una de sus opciones está la de agregarse o quitarse años de manera digital, esta disponible para iOs y Android en dos versiones, la gratuita y la pro con más preferencias, cabe destacar que la versión gratis te permite rejuvenecer o envejecer a través de la elección edad.
Esta plataforma fue creada por el ruso Yaroslav Goncharov, es una de las más descargadas en Argentina y en otros cincuenta países en todo el mundo; utiliza redes neuronales para escanear caras y efectuar cambios como edad avanzada, o hacerte más joven.
También tiene otras herramientas de edición como cambio de género, cambio de color de cabello y ojos, entre otras.
¿Qué riesgos hay detrás?
Si creías que era una simple aplicación sin nada malicioso, te equivocas. Ser viejito en segundos puede traerte riesgos; ya que esta podría recolectar tu información sin tu consentimiento.
A través de una investigación realizada por el Instituto Internacional de Ciencias de la Computación se detectó que mil 325 apps de 88 mil del sistema operativo Android continúan recopilando datos aunque la solicitud de acceso sea rechazada.
Por lo que sin darte cuenta le estás entregando demasiada información personal a la empresa, sin saber con qué fines será utilizada, como el acceso a tu cámara y a tu galería de fotos.
Las políticas de privacidad de Face App Inc establecen que pueden recabar más información del usuario.
Este informe obtenido puede utilizarse para el análisis de tráfico que hace la compañía, con la que otras empresas pueden conocer tus preferencias como páginas de internet. Además de generar contenidos y enviar correos electrónicos u otra forma de marketing digital como anuncios personalizados.
