Estrada Ferreiro, el enemigo del Jardín Botánico

    En diciembre de 1986, cuando al régimen de Don Antonio Toledo Corro le quedaban escasos días de Gobierno, para entregarle la estafeta a Francisco Labastida Ochoa, surgió en la capital del estado, en la zona norte del Río Tamazula, un espacio verde, que se denominó Jardín Botánico de Culiacán. Un lote de 30 hectáreas, que fue cedido por el Banco Nacional de Obras al Gobierno de Sinaloa, fue dedicado para ser un área verde para la ciudad, gracias a la visión y entusiasmo de Carlos Murillo Depraect, quien donó sus colecciones privadas de plantas, traídas de los cinco continentes.

    El gran polígono dedicado a albergar a especies de todo el mundo, está delimitado por el Bulevar Las Américas y la Avenida Josefa Ortiz de Domínguez, colindando con la ampliación de las Colonias Chapultepec y Burócrata, al igual que con Ciudad Universitaria.

    En la parte norte del polígono, se construyó el Centro de Ciencias de Sinaloa, cuyo primer director fue José Gaxiola López. El área considerada como de muy alta plusvalía, por la proximidad a la Colonia Chapultepec, motivó algunas ambiciones de desarrolladores y buscaron afanosamente convencer a Francisco Labastida para cambiar el uso de suelo, pero la tenaz oposición de la sociedad civil lo impidió y así se empezó a consolidar el Jardín Botánico de Culiacán, como un área de esparcimiento, de conocimiento por la inmensa variedad de las plantas venidas de otras latitudes.

    Diez años más tarde, siendo Gobernador del Estado, Renato Vega Alvarado, la sociedad de Asistencia Privada, denominada “Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, integrada por hombres de empresa de la ciudad, como Agustín Coppel Luken y Eustaquio de Nicolás, se sumó a las tareas emprendidas por Carlos Murillo y “solicitaron formalmente al Gobierno del Estado, la concesión de la administración integral del espacio”.

    Hoy el Jardín Botánico de Culiacán, se ha convertido en uno de los más importantes jardines de México y del continente. Ha desarrollado sus tareas bajo cuatro ejes de acción, como son: conservación, investigación, educación y exhibición.

    El primer eje impulsa acciones para la conservación de especies nativas amenazadas. “Se opera y administra un banco de germoplasma y un herbario registrado ante el Index Herbarium, que reconoce a nivel internacional a los herbarios orientados a la investigación científica”.

    En total se tienen cerca de dos mil especies en exhibición y se promueven con grupos de escolares, programas educativos sobre botánica que atiende anualmente a once mil niños que visitan las instalaciones. También se hacen donaciones a particulares, de las especies de Chinitos, Ébano, Rosa Amarilla, Capiro, Copalquín, Clavellinas Rosas, Brasil, Maracuyá Verde, Venadillo y Ceibas.

    La Sociedad Botánica administra “dos grandes espacios públicos que reunidos suman 30 hectáreas: El Jardín Botánico Culiacán y Parque Ecológico”.

    El cuidado de las plantas e instalaciones, requiere de personal especializado y se tienen elevados gastos de mantenimiento; el consumo del agua que es vital para el desarrollo del Jardín significa un gasto mensual de 250 mil pesos, más el consumo de energía eléctrica, y la nómina de los empleados y jardineros que llevan a la institución a erogaciones de 7 millones de pesos anuales, los cuales son solventados por la ayuda de patrocinadores y donantes.

    El Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, cuando fue entrevistado sobre el subsidio que otorgaba el Ayuntamiento al Jardín Botánico, de manera tajante señaló que la comuna dejaría de pagar de forma inmediata, los recibos de luz y agua.

    Argumentó el alcalde que las finanzas municipales están escasas y que no alcanzan los recursos. “Por ello, la situación no está para estar pagando servicios de gente con dinero, que hace negocio de las instalaciones del Jardín Botánico de Culiacán”. Cuando fue cuestionado sobre la postura del Patronato del Jardín Botánico, en el sentido de que se tenía la esperanza de que se siga manteniendo el subsidio y se firme el convenio, Estrada Ferreiro dijo “ Que la pierda”. “No podemos regalar el dinero del pueblo. El negocio es de ellos, pues que lo hagan… si no es negocio el Jardín Botánico que lo dejen, lo agarramos nosotros”.

    Es obvio que el alcalde tiene una visión muy escasa de las cosas y de cómo se manejan las Asociaciones de Asistencia Privada y en el caso muy particular del Jardín Botánico de Culiacán, debería rectificar su postura, pues ahora, ya recorrió las instalaciones y pudo constatar la labor social y de proyección cultural y turística que realiza la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, sin embargo, el alcalde declaró después del recorrido que mantenía su postura de retirar el subsidio del agua y de la luz.

    No es deseable que el Ayuntamiento asuma el control del Jardín Botánico, pues eso significaría echar a perder el ecosistema local y lamentablemente al paso de las semanas veríamos morir a las plantas, que con tanto esfuerzo de traerlas de otros lugares distantes no fuesen atendidas debidamente por el personal de Parques y Jardines de la Ciudad. Como ejemplo están los parques urbanos y las áreas verdes que están descuidados y abandonados, pues el personal del Ayuntamiento solo se limita a barrer y embolsar  las hojas de los árboles y no se aprecia un trabajo de cuidado y conservación.

    Comentarios