Mikheil Kavelashvili, de 53 años, exdiputado del partido gobernante Georgia Sueña y exjugador del equipo de fútbol Manchester City durante la década de 1990, es el nuevo presidente de Georgia.
Kavelashvili fue votado por un colegio electoral de 300 miembros compuesto por diputados y representantes del gobierno local, es decir, no se realizó una elección nacional y era el único candidato.
La presidenta saliente, Salome Zourabichvili, una figura prooccidental que se ha unido a los manifestantes de la oposición, dijo que la votación presidencial se “burla de la democracia”.
Natalie Sabanadze, exembajadora de Georgia ante la UE, dijo a CNN que Kavelashvili “no está calificado” y que su selección fue tomada por muchos georgianos como “un insulto al país”.
El nuevo presidente es calificado como alguien de ultraderecha y al partido que pertenece promueven políticas cada vez más autoritarias y pro rusas en un giro alejado de Occidente.